Los pueblos de Europa están mostrando un rechazo cada vez mayor a ese mastodonte burocrático, totalitario y asfixiante llamado Unión Europea. El voto popular a favor del “Brexit” fue apenas un botón de muestra del creciente foso que separa la UE de las reales aspiraciones de los ciudadanos de sus países miembros.
Los firmantes de la consulta al Santo Padre: Cardenales Raymond Burke, Joachim Meisner, Walter Brandmüller y Carlo Caffarra (composición gráfica de Life Site)
Crece en el mundo católico la resonancia de la carta que cuatro cardenales enviaron al Papa Francisco, pidiéndole clarificar puntos de la Exhortación apostólica Amoris Laetitia que vienen generando zozobra y confusión entre los fieles. La prensa peruana, endémicamente viciada en irrelevancias, ha ignorado este importantísimo tema que puede afectar la vida de todo el orbe cristiano ”el Perú incluido” y que aquí resumimos en lo esencial para conocimiento de nuestros lectores.
Fidel Castro: "Yo iré al infierno, y sé que el calor allí será insoportable"
"Yo iré al infierno, y sé que el calor allí será insoportable"
“Usted sabe, yo iré al infierno, y sé que el calor ahí será insoportable, pero será menos doloroso que haber esperado tanto ese Cielo que nunca cumplió sus promesas... Y después, llegando allí encontraré a Marx, Engels, Lenín. Y también lo encontraré a usted, porque los capitalistas también van al infierno. ¡Sobre todo si desean gozar la vida!” (Entrevista a Jean-Luc Mano, director de informaciones de France-2, “Paris Match” , 29-10-1994).
Lo que triunfó en los Estados Unidos fue claramente una reacción conservadora, disgustada con los rumbos que últimamente han orientado la política norteamericana. Lo sustancial de esta reacción se confirma por el amplio respaldo que obtuvieron los candidatos republicanos a ambas Cámaras del Congreso ”que continuarán dominando con mayoría absoluta” así como el número récord de gobernadores y Asambleas estatales conquistados.
De izquierda a derecha, Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia; Raúl Castro, dictador cubano y R. Londoño (a) Timochenko, cabecilla de las FARC.
El rechazo de los colombianos a los llamados “Acuerdos de Paz” entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la narcoguerrilla de las FARC, en el plebiscito del día 2 de octubre, significó una derrota de alcance histórico no solo para la guerrilla y sus cómplices en Colombia, sino para toda la izquierda internacional y su variopinto cortejo de “compañeros de ruta” , no pocos de ellos eclesiásticos.
Millares de colombianos firmaron la petición del C.C. Cruzada a los obispos: ¡Rechacen los acuerdos de La Habana!.
Miles de firmas de católicos colombianos, afligidos por el peligro que se cierne sobre su Patria amenazada de ser entregada al comunismo si se aprueba el Acuerdo con las FARC en el plebiscito, han sido entregadas en la Secretaría de la Conferencia Episcopal de Colombia
Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, y Rodrigo Londoño, por el movimiento terrorista FARC, sellan el acuerdo de La Habana bajo la mirada y el beneplácito del dictador cubano Raúl Castro.
El próximo 26 de septiembre se firmará en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias un frágil y polémico acuerdo de “paz” entre el gobierno colombiano y los narcoguerrilleros de las marxistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que hace enormes concesiones a éstas desde los puntos de vista político, jurídico y financiero.
En el mundo musulmán rige una tiranía religiosa cuyos preceptos prohíben a sus adeptos, en materia de fe, hasta la más elemental operación mental: pensar. Ni Mahoma, personaje definido por San Juan Bosco como un “impostor” , ni el Corán ”texto plagado de absurdos y contradicciones” pueden siquiera ser analizados y comparados racionalmente (y mucho menos criticados) por sus seguidores, bajo pena de sanciones que llegan incluso hasta la pena de muerte por “blasfemia” .
Tenía razón el Papa Francisco cuando afirmó, hace más de un año, que la Tercera Guerra Mundial ya había comenzado y que está siendo trabada “de a trozos” . Pero es necesario agregar que se trata de una guerra de religión, pues son religiosas las motivaciones de aquellos que la han declarado, e incluso son rituales los homicidios perpetrados en su nombre.
La bajada a los infiernos de la miseria cubana parece inevitable en Venezuela. En discursos histéricos e irreales, el gobierno socialista viene atribuyendo la culpa de la catástrofe a enemigos fantasmagóricos: el “imperio” , una “guerra económica” promovida no se sabe bien por quién, los emigrantes; la falta de alimentos, como si esta fuese un ente que actúa por sí mismo; la ausencia de medicamentos provocada por todos esos fantasmas.