En este artículo, Julio Loredo observa cómo la guerra que está polarizando al mundo, se traba también a nivel psicológico y publicitario. Se propagan narrativas como certezas y se exacerban ánimos, dividiendo hasta a los “conservadores” . Más que apoyar a cualquier gobierno que pueda tener muchas cosas objetables, el católico debe luchar por el florecimiento de la civilización cristiana en todas las naciones.
John Horvat enriquece el debate mostrando cómo los medios liberales utilizan la coyuntura. Viendo al grueso de la opinión pública a favor de la agredida Ucrania, la presentan como un país liberal y la apoyan. A la vez, asocian “despotismo” y “abuso” con “valores conservadores” , desprestigiando a éstos y dividiendo a quienes los profesan.
La guerra informativa cunde por el mundo. Algunos ven a Putin como un profeta que restaurará la civilización cristiana, otros como un nuevo Hitler. Algunos temen que restaure la URSS, y muchos están sobrecogidos con la idea de una Guerra Mundial. ¿Qué pensar de todo esto?
La asociación Tradición y Acción por un Perú mayor expresa su indignado repudio por la grave e injusta agresión de Rusia contra la noble nación ucraniana. Esta nueva agresión pone en peligro la paz en Europa y el resto del mundo, y demuestra que Rusia aún está lejos de haberse convertido de sus errores. Urge la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, pues sólo ella hará posible la conversión de Rusia y la paz en el mundo, conforme a las palabras de Nuestra Señora en Fátima.