UNA OLA IRREVERSIBLE

También en Panamá, multitudinaria “Gran Marcha por la Familia” y victoria inicial

Lector, usted no verá esta noticia en ninguno de los medios que en el Perú fungen de “serios”, los mismos que nos saturan con su torrente cotidiano de banalidades, chismografía sobre bajezas y escándalos morales de nuestra triple farándula (seudo-artística, deportiva y... política), y no pierden oportunidad de abrir sus páginas o pantallas al exhibicionismo de los referentes LGBT.

Comprometidos a fondo con la neo-revolución sexual, los medios "informativos" silencian cuanto pueden hechos realmente importantes y decisivos, como lo es el resurgimiento conservador en Occidente y en el mundo. Un resurgimiento marcado por el renovado aprecio por la familia, los valores religiosos y los principios morales.

Por ejemplo, el discurso del presidente norteamericano Donald Trump en Varsovia a comienzos de julio, aclamado por una enorme y fervorosa multitud, podría resumirse en tres palabras —Tradición, Familia, Propiedad— y dio nuevo vigor a la ola conservadora que se manifiesta en la opinión pública europea. Tuvo una repercusión benéfica en los países bálticos y Ucrania, e incluso en Europa occidental. Fue un gran acontecimiento internacional, pero recibió en nuestros lamentables medios una acogida insignificante y malhumorada.

El público polaco aclamó el discurso del presidente norteamericano Donald Trump

Lo mismo se da con hechos como la paralela declinación de la estrella de Vladimir Putin, presentado hasta no hace mucho como el “nuevo Carlomagno”, salvador de la religión y la familia. El paisaje internacional está cambiando drásticamente, pero nuestros medios de desinformación parecen no ver nada...

El ejemplo más reciente de ese ocultamiento de la realidad fue el silencio mediático ante la impresionante Gran Marcha por la Familia convocada para el jueves 13 de julio en Panamá en oposición al seudomatrimonio entre personas del mismo sexo y la ideología de genero en la educación.

Los organizadores de la marcha invitaban a rechazar el intento de declarar inconstitucionales los artículos del Código de la Familia que definen el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.

La respuesta de la población panameña fue unánime: católicos y no católicos atendieron a la convocatoria en masa. Se diría que toda la ciudad de Panamá se volcó a las calles a favor de la familia tradicional. “Parecía una procesión interminable”, destaca un reportaje del diario
“La Prensa” [1].

Es muy interesante comprobar la realidad de lo que hace pocos años lamentó un miembro del agonizante Partido Socialista francés: la izquierda perdió el dominio de las redes sociales, y ahora está perdiendo también el dominio de la calle.

Los participantes también solicitaban al Ministerio de Educación que dé a conocer las
nuevas guías educativas que reemplazan a las anteriores, retiradas debido al rechazo ciudadano, por estar infectadas —tal como los controvertidos currículos del Minedu en el Perú— de ideología de género.

Una nota original de la marcha fue que desde la Web se instó a los participantes a llevar una tarjeta roja como la de los árbitros de fútbol, “para decirle ’fuera’ a los políticos que apoyan leyes contra la familia, a los diplomáticos que interfieren en los asuntos nacionales, a la injerencia de los organismos internacionales, a la ideología de género”.

La retirada de las guías educativas panameñas fue una primera victoria, pero conociendo lo que son los políticos en esta nuestra región, las asociaciones pro familia deberán estar alertas y vigilantes para evitar alguna estratagema que frustre sus expectativas, tal como sucedió en Colombia. Tras las masivas manifestaciones en todo el país contra los programas escolares de educación” sexual, el presidente Santos prometió retirar los contenidos de “género” de dichos programas, pero los nuevos contenidos acabaron siendo “más de lo mismo”... Ojalá que los peruanos también aprendamos la lección, y después de “Con mis hijos no te metas” no bajemos la guardia.

Esta victoria inicial de los movimientos pro familia en Panamá se suma muchas otras ya consolidadas, en países de Europa y América, y también en varios Estados norteamericanos.

Tal vez la mediocracia peruana presuma que ocultando tales hechos conseguirá evitar que la ola favorable a la familia tradicional llegue al país. Si así fuera, se engaña rotundamente: esa ola ya está entre nosotros, se viene afianzando con fuerza, y es irreversible.











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