BALANCE DE UNA CAMPAÑA DE TRADICIÓN Y ACCIÓN

Una gran corriente de opinión se define y fortalece

Como nuestros amigos ya saben, el día 24 de mayo Tradición y Acción publicó en la prensa nacional un manifiesto advirtiendo que el programa de la alianza Gana Perú conjuga el socialismo económico con la nueva revolución anarco-sexual; es decir, ataca simultáneamente a la propiedad y a la familia. El documento señalaba que votar contra ese programa de inspiración marxista era un deber de conciencia, sobre todo para aquellos que tenían intención de viciar su voto o votar en blanco. Es el momento de analizar cuál fue su resultado.

Amplia difusión nacional, efecto palpable

Siete periódicos de circulación nacional y regional reprodujeron a página completa el documento, y resúmenes del mismo, junto con avisos remitiendo a leerlo completo en el sitio web www.MarxismoNuncaMas.com aparecieron en otros diez periódicos nacionales y de provincias. En su conjunto esas publicaciones sumaron cerca de 900 mil ejemplares de diarios de Lima, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Chiclayo, Cusco, Huancayo, Iquitos, Piura, Pucallpa, Puno, Tacna, Tarapoto y Trujillo.

El número y la calidad de las repercusiones recibidas indica que su efecto ha sido considerable. Aunque no pueda ser medido numéricamente, de hecho en los días subsiguientes algunas encuestas indicaron una notoria caída en la intención de voto nulo o blanco. Y no cabe duda que el documento de Tradición y Acción ha pesado significativamente para que esa votación inválida, que se preveía que fuese muy alta, finalmente se redujera al 6,3%, mientras que la diferencia final a favor de Humala —decidida por factores totalmente ajenos al debate ideológico, como el episodio de las esterilizaciones forzadas y otros— no pasó del 2.9%.

Fortalecimiento antiizquierdista, furiosa reacción marxista

Pero el efecto más profundo del manifiesto, corroborado por las repercusiones de incontables lectores, fue haber dado consistencia ideológica a la resistencia de un amplísimo sector de la ciudadanía al programa de la alianza Gana Perú. Una prueba indirecta de ese efecto son los ataques de la izquierda a nuestro pronunciamiento: desde las habituales andanadas de injurias, “marca de fábrica” izquierdista, hasta el inmoral recurso de juntar frases separadas en el texto para atribuirnos acusaciones absurdas contra el candidato de Gana Perú [1].

Tales ataques, carentes de toda seriedad, tan sólo mostraron cuánto la declaración de Tradición y Acción incomodó a la izquierda, y la crónica incapacidad de ésta para responder a una argumentación católica veraz, serena y alturada.

¿Un pronunciamiento inútil?

Se nos podrá objetar que, como al final Gana Perú venció, el esclarecimiento de Tradición y Acción ha sido inútil. ¡Todo lo contrario! En primer lugar, el exiguo porcentaje de votos nulos y en blanco, señalado más arriba, demuesta que el llamado a no viciar el voto sí tuvo efecto.

Además, como fue dicho, el humalismo se impuso sobre todo debido a factores extraideológicos, como el cambio de imagen de su candidato —quien optó por disimular sus ideas socialistas y su faz agresiva para evitar el rechazo del electorado de centro— y la irrupción, en el tramo final y decisivo de la contienda, de temas extra-electorales de enorme impacto moral, que afectaban a dirigentes de la campaña de Fuerza 2011 y sin duda, como señalaron numerosos comentaristas, le causaron gran merma de votos.

El polo fuerte y el polo frágil

O sea, la victoria de Gana Perú no tuvo el significado izquierdista que algunos le quisieron atribuir: buena parte de su votación provino del electorado de centro, y fue más fruto de circunstancias de momento que de ideas. Tales adhesiones, careciendo de fundamento ideológico, en una población voluble y temperamental como la nuestra difícilmente serán estables. Incluso el principal asesor de Ollanta Humala, S. Lerner, dejó claro que no hay condiciones de llevar adelante una política en los términos del chavismo o similares [2].

La propia constitución del Congreso, donde Gana Perú reúne sólo 1/3 de los parlamentarios, le dificultará ejercer un gobierno de ese tipo.

En cambio, la resistencia al humalismo sí tuvo un nítido carácter ideológico —lo cual la hace más consistente y durable— que podrá acentuarse y ganar definición en caso de que Gana Perú se aventure a aplicar el socialismo en el terreno económico o la agenda marxista de la revolución sexual antifamiliar.

Es decir, el país emerge de estas elecciones fuertemente polarizado, y en esa situación el polo fuerte es el polo antisocialista, debido justamente a su mayor densidad ideológica.

La contribución de Tradición y Acción

Fortalecer este bloque de opinión antimarxista, aumentarle su consistencia con información oportuna y argumentación sólida, basada en las enseñanzas de la doctrina social católica, ha sido la contribución específica del pronunciamiento de Tradición y Acción.

Por cierto el nuevo gobernante no podrá desdeñar esa inmensa corriente de opinión. Más aún en un contexto internacional sumamente frágil e inestable como el actual, muy poco propicio para embarcar otra vez al Perú en aventuras ideológicas ya fracasadas. La trágica experiencia del siglo XX demostró para siempre que las utopías sólo generan catástrofes.







[1Ver p. ej. artículo de Arturo Rivas, Una cuestión de inconciencia, en http://isotes.wordpress.com/2011/06/02/una-cuestion-de-inconciencia-marxismo-nunca-mas/

[2Cfr. entrevista a “La Tercera”, Santiago de Chile, 7-6-2011, pág. 7.





Portada del sitio Especiales Elecciones 2011: Marxismo nunca más



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