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30 de marzo de 2014, 09:39, por isa bal
Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santÃsima Madre; y con el espÃritu y fervor de los santos. Rahner afirma que “el lugar por excelencia de la comunión espiritual es la iglesia y su momento privilegiado es aquél en el que la persona está arrodillada ante el SantÃsimo sacramento†. (La comunión espiritual se puede hacer en cualquier momento del dÃa y en cualquier lugar del mundo, pero, ciertamente, el momento más apropiado es el de la visita y adoración a Jesús sacramentado). Incluso, viajando o trabajando, podemos estar en adoración ante Jesús sacramentado. Sobre esto, Sta. Catalina de Siena tuvo una visión. Vio a Jesús con dos cálices y le dijo: “En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables†. DecÃa S. Antonio MarÃa Claret: “Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, dÃa y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual†. Sta. Teresa de Jesús recomendaba: “Cuando no podáis comulgar ni oÃr misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandÃsimo provechoâ€
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Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu santÃsima Madre; y con el espÃritu y fervor de los santos.
Rahner afirma que “el lugar por excelencia de la comunión espiritual es la iglesia y su momento privilegiado es aquél en el que la persona está arrodillada ante el SantÃsimo sacramento†. (La comunión espiritual se puede hacer en cualquier momento del dÃa y en cualquier lugar del mundo, pero, ciertamente, el momento más apropiado es el de la visita y adoración a Jesús sacramentado). Incluso, viajando o trabajando, podemos estar en adoración ante Jesús sacramentado.
Sobre esto, Sta. Catalina de Siena tuvo una visión. Vio a Jesús con dos cálices y le dijo: “En este cáliz de oro pongo tus comuniones sacramentales y, en éste de plata, tus comuniones espirituales Los dos cálices me son agradables†.
DecÃa S. Antonio MarÃa Claret: “Tendré una capilla fabricada en medio de mi corazón y en ella, dÃa y noche, adoraré a Dios con un culto espiritual†.
Sta. Teresa de Jesús recomendaba: “Cuando no podáis comulgar ni oÃr misa, podéis comulgar espiritualmente, que es de grandÃsimo provechoâ€