LÍO SINODAL ITALIANO

Cuando la revolución se disfraza de “profecía”

Por Julio Loredo de Izcue

Recientemente se celebró en el Vaticano la Segunda Asamblea Sinodal de las Iglesias en Italia. Pero las cosas no salieron según lo proyectado... Planeada como triunfante conclusión del “camino sinodal” en Italia, el encuentro se convirtió en un campo de batalla. Incluso hubo algo que algunos llaman un “pequeño golpe de Estado”.

El intelectual católico de izquierda Andrea Grillo se alegró porque, según su perspectiva, el “aparato cansado, burocrático y a menudo vacío” de la Iglesia italiana habría sido “desactivado” [1].

Una “asamblea eclesial” con mayoría de laicos

La Asamblea se realizó en el Aula Pablo VI de la Ciudad del Vaticano, a dos pasos del Papa Francisco, entonces aún doliente en el Hospicio de Santa Marta. Esta reunión nos ofrece una visión impactante de cómo han funcionado las cosas durante su pontificado. Asistieron más de mil delegados, incluidos 7 cardenales, 168 obispos y 253 sacerdotes. Los laicos, sin embargo, eran mayoría: 442, de ellos 277 mujeres.

Por eso ya no se le llama “Asamblea del Sínodo de los Obispos” (puesto que estos ahora son minoría) sino “Asamblea Eclesial”, un nombre más igualitario y democrático, que muestra el tipo de Iglesia que quiso promover el Papa Francisco.

La Asamblea debía discutir y votar el documento final del proceso sinodal en Italia, titulado Para que la alegría sea completa. Debía apenas aprobarlo y entregarlo a la Conferencia Episcopal, que se reuniría este mes de mayo.

Una lucha de clases en la Iglesia contra la Jerarquía y la Moral

Pues bien, como dijimos, la reunión se convirtió en un verdadero campo de batalla entre las facciones más extremas del progresismo y ciertos líderes del Episcopado. Todo saltó por los aires y la decisión final se pospuso hasta octubre.

El Documento había sido elaborado por el Comité Nacional del Camino Sinodal, justamente acusado por Grillo de ser un “aparato cansado, burocrático y vacío”. Se trataba, según su perspectiva “progresista”, de un documento bajo el control de la Iglesia institucional, aquella aún gobernada por los obispos.

En el plenario explotó una ola de protestas contra dicho texto. Laicos, sacerdotes e incluso algunos prelados pronunciaron acalorados discursos que, entre aplausos estruendosos —como si fuera un mitin político—, acusaron al Documento de ser insípido, demasiado vago y poco incisivo. En particular, lo incriminaron de ser demasiado moderado en los temas más sensibles: la “apertura a la realidad” LGBTQ+, la ordenación de mujeres, la participación de los laicos en el gobierno de la Iglesia, la inclusión radical de todos, etc.

Abuso de la noción de profetismo para justificar una revolución

Andrea Grillo

Según Andrea Grillo, el documento había extirpado del debate toda “profecía”. Pero ¿qué significa la palabra “profecía” en el lenguaje de Grillo? En su más elevado sentido teológico, profecía es la comunicación de los deseos de Dios a su pueblo, mediante un profeta inspirado por Él. En el lenguaje de los progresistas, profecía sería la agenda de las facciones radicales. Cuanto más a la izquierda estés, más “profético” eres… En ese sentido, los guerrilleros comunistas intoxicados de Teología de la Liberación, fueron verdaderos “profetas” del siglo XX.

Para Grillo, en cuatro años el proceso sinodal en Italia ha recogido muchas propuestas “proféticas”, que sin embargo fueron dejadas de lado por la burocracia sinodal, incapaz, según él, de brindar a la Iglesia “prácticamente nada de lo que se había vivido, discutido y participado en cuatro años de compromiso, en la confrontación, en la escucha, en el debate y en los múltiples y articulados borradores de premisas, perspectivas y propuestas”.

Los informantes de Grillo verificaron una especie de erupción volcánica en el plenario de la Asamblea. Es decir, una fuerte objeción al Documento. Escribe Grillo: “Así, primero en una impresionante secuencia de intervenciones en el plenario, y luego en el trabajo de dos sesiones de ‘grupos de trabajo’, se hizo evidente que no solo algunos detalles, sino todo, absolutamente todo tenía que ser reescrito, repensado, reelaborado…”.

Para los “progresistas”, la iglesia institucional se rebela contra el profetismo

Ante el hecho de que algunos medios han hablado de una “rebelión de la Asamblea”, Grillo da vuelta a la idea diciendo que la “rebelión” la hicieron los redactores del documento, es decir los líderes de la Conferencia Episcopal, apagando la vox populi: no la quisieron escuchar tal como surgió en los cuatro años de camino sinodal.

De hecho, casi todas las propuestas del Documento fueron rechazadas o enmendadas por la Asamblea. Todo se ha pospuesto hasta octubre y probablemente incluso noviembre.
Escribe Grillo: “El aparato había intentado cerrar todo lo que estaba abierto, silenciar todo lo que era problemático, domesticar y sedar todo movimiento del alma o del espíritu”.

En cambio, hubo una rebelión de las facciones “proféticas”. ¡Y por eso Grillo se alegra! [2]

También hubo voces sanas

Otras fuentes informan que no todas las intervenciones en la Asamblea tuvieron este carácter progresista; al contrario. Algunas intervenciones criticaron, sí, el Documento, pero desde una perspectiva opuesta: es decir, lo consideraban demasiado reformista. ¡Menos mal que estuvieron presentes algunas voces sanas! [3]

¿Qué rumbos tomará la Sinodalidad?

Sin embargo, como escribí al principio, esta Segunda Asamblea Sinodal de las Iglesias en Italia nos muestra cómo marcha el Proceso Sinodal impulsado por Francisco.

¿Se adaptarán los obispos al “espíritu del tiempo”, no guiando al rebaño con la sana doctrina, sino solo “escuchándolo” de una manera casi sociológica?

¿Se acatarán las aspiraciones progresistas, que NO representan a los fieles?

Por otra parte, ¿estamos seguros de que estas voces radicales son verdaderamente representativas del Pueblo de Dios?

Si admitimos que estas minorías revolucionarias representan la vox populi, corremos el riesgo de abandonar a la mayor parte de los fieles en manos de los lobos, pues la inmensa mayoría de católicos demuestra un desinterés total, si no un repudio, por las reivindicaciones revolucionarias.

La revista Affari Italiani recoge las siguientes palabras de monseñor Erio Castellucci, obispo de Módena y presidente del Comité Nacional del Camino Sinodal: “Reiteramos que la Iglesia no está formada por líderes que ignoran el sentir del pueblo, actuando como si siempre tuvieran la razón —algo lamentablemente muy extendido hoy en las tendencias soberanistas y dictatoriales—, sino que está formada por líderes llamados a discernir la presencia y la acción del Espíritu en el Pueblo de Dios, del que forman parte”.

Sin embargo, no hace falta ser soberanista ni dictatorial para afirmar que el Magisterio perenne de la Iglesia, basado en la Escritura y en la Tradición, sostiene verdades inmutables, no negociables, no condicionadas por el voto de ninguna asamblea, por “popular” que sea.

Las ideas “progresistas” pertenecen al pasado

Además, ¿estamos seguros de que estos “profetas” representan el futuro? En realidad, pertenecen al pasado… En los convulsos años 60, después del Concilio Vaticano II, aparecieron en varios países grupos autodenominados “proféticos”. Ellos también impulsaban la agenda ultraprogresista. Fueron denunciados, entre muchos otros, por la revista Approaches de Inglaterra y Ecclesia de Madrid.

En 1969, el conocido pensador y hombre de acción católico Plinio Corrêa de Oliveira escribió un ensayo sobre estos “grupos proféticos” —reproducido en el segundo número de la revista “Tradición y Acción por un Perú mayor” (1971)— en el que afirmó:

“Para los grupos proféticos es necesario democratizar la Iglesia, desalienarla completamente de la Jerarquía.
“Es necesario establecer en la Iglesia un cuerpo representativo de los fieles que exprese lo que los carismas dicen en lo más profundo de su conciencia. Un cuerpo claramente electivo que represente a la multitud. Un cuerpo que imponga decisivamente su voluntad a los Jerarcas de la Iglesia, quienes deben —es igualmente evidente—, a partir de ese momento, ser electivos.
“En nuestra opinión, esta reforma de la estructura de la Iglesia apoyada por los ‘grupos proféticos’ solo puede verse como una etapa hacia la plena realización de sus objetivos: la abolición de toda Jerarquía”.

Repitámoslo, esto fue escrito en el año 1969, ¡hace casi 60 años!

¿Alguien detendrá esta revolución en la Iglesia?

Esto nos muestra cómo Grillo y sus cómplices “proféticos” tienen en realidad ideas del pasado, son auténticos “dinosaurios”, pero cuyo sueño quizás ahora tenga la posibilidad de hacerse realidad. El “camino sinodal” se parece cada vez más a un “proceso revolucionario sinodal”, que implementa un viejo programa neomodernista destinado a cambiar la estructura jerárquico-sacramental de la Iglesia.

¿Qué medidas tomará S. S. León XIV? ¿Se cumplirá el proyecto de los “grupos proféticos”? ¿O será Jesucristo el primero, por intercesión de su Santísima Madre, quien dirá “¡basta!”, interviniendo con su divina Gracia en defensa de la única Iglesia Católica y Apostólica, por Él fundada y estructurada? Recemos para que esto suceda cuanto antes.







[1GRILLO, Andrea, La ribellione dei funzionari non ha funzionato, https://www.cittadellaeditrice.com/munera/la-ribellione-dei-funzionari-non-ha-funzionato. Ha sido publicado por los principales medios progresistas de lengua italiana, española y portuguesa, entre otros.

[2N. del E. Ante esto, es incomprensible el optimismo de altas figuras de la Iglesia en Italia, como el Cardenal Matteo Maria Zuppi (presidente de la Conferencia Episcopal) y Mons. Castellucci, que preside el Camino Sinodal. Vatican News, servicio de prensa oficial del Vaticano, informó que, para este último, el ambiente de la Asamblea fue "hermoso", "Una actitud transversal para hacer más dinámica nuestra Iglesia". Prosigue Vatican News: “... en temas más delicados como el acompañamiento a las personas homosexuales, Zuppi volvió a subrayar que no hay divisiones en la Cámara sino solo solicitudes de mayor estudio. ’Para mí la elección es que todos se sientan parte de esta casa independientemente de sus situaciones emocionales’, remarcó el cardenal” (https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2025-04/cei-la-asamblea-sinodal-aplaza-el-documento-final-hacia-un-te.html). A su vez, la revista Panorama publica estas palabras del mismo Cardenal: “Este dinamismo nos hace bien, es el signo de una Iglesia viva ... sigamos caminando, cuánto bien nos hace caminar juntos” (https://www.panorama.it/attualita/il-sinodo-cei-in-panne-su-gay-e-donne-per-la-base-il-testo-era-troppo-bigotto).

[3N. del E. Por ejemplo, la proposición 5 del fallido texto consignaba algo nada "conservador": “las diócesis ... se comprometen en ... la integración de las personas que sufren por sentirse al margen de la vida eclesial por sus relaciones afectivas o condiciones familiares heridas o por no conformidad con el matrimonio sacramental (casados ??civilmente, divorciados en segunda unión y convivientes, etc.) o por su orientación sexual e identidad de género”. Según Panorama, Mons. Erio Castellucci, aludió al punto 5 afirmando: "Como pueden ver, estas proposiciones no son tan cerradas" (loc. cit.). ¡Al parecer, para dicho obispo, la protección de la moral es una simple cerrazón de mente, destinada a ser superada!





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