Trascendental consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de Marí­a: Contestando seis objeciones

Por Luis Alberto Chávez H.

No podemos callar nuestro entusiasmo ante la histórica Consagración de Rusia, Ucrania, la Iglesia y toda la humanidad al Inmaculado Corazón de Marí­a, realizada por el Papa Francisco el 25 de marzo de este conturbado 2022. Como difusores del Mensaje de Fátima, los miembros de Tradición y Acción por un Perú mayor anhelaban el cumplimiento cabal del acto pedido desde el Cielo hace ya nueve décadas.

Esta entrega fue establecida por Dios como paso previo para conceder gracias extraordinarias que llevarán a la conversión de aquel inmenso paí­s. A su vez, una Rusia convertida podrá influir en la historia de la humanidad de maneras imprevisibles.

Han circulado en algunos ambientes católicos diversos reparos a la consagración hecha por el Santo Padre. En este artí­culo, nos proponemos contestarlos del modo más sucinto posible. Especí­ficamente, nos ocuparemos de las objeciones que le atribuyen los siguientes defectos:
1) Es intrascendente, pues Rusia ya está convertida; es Occidente el que necesita una conversión.
2) Es inútil por ser tardí­a; debió hacerse 90 años atrás. Ya el comunismo se esparció y causó un daño irreparable.
3) Es nula, porque se debió consagrar a Rusia sola.
4) Fue incompleta, porque el Papa no ordenó a todos los obispos del mundo que se unan al acto.
5) Era innecesaria, pues ya habí­a sido hecha por San Juan Pablo II hace cuarenta años.
6) Fue un acto satánico porque, disimuladamente, Francisco ha hecho una consagración a la Mama Pacha, deidad pagana.

¿Por qué consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de Marí­a?

Antes que nada, explicaremos por qué habí­a que consagrar Rusia al Inmaculado Corazón, pues los antecedentes no son conocidos por la mayorí­a de católicos.

Cuando la Virgen Marí­a apareció en Fátima, Portugal, a tres pastorcitos, vino a apelar a las conciencias de sus hijos mostrándoles que Dios está siendo muy ofendido; que el mundo necesita arrepentirse de sus pecados y enmendarse, haciendo reparación. Anunció terribles catástrofes que castigarí­an a la humanidad, y que Ella, maternalmente, deseaba que se eviten mediante la oración, la penitencia y una profunda conversión.

Al revelar el llamado “Secreto de Fátima” el 13 de junio de 1917, luego de mostrar a los niños una espantosa visión, la Reina de los Profetas les dijo:
“Visteis el infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que Yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pí­o XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crí­menes, por medio de la guerra, del ham­bre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
“Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón
y la Comu­nión Reparadora de los primeros sábados. Si atienden mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán ani­quiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”
 [1].

El 13 de junio de 1929, la Hna. Lucí­a tuvo una maravillosa visión en que la Virgen le comunicó: “Ha llegado el momento en que Dios pide que el Santo Padre haga en unión con todos los obispos del mundo la consagración de Rusia a mi Inmaculado Cora­zón; promete salvarla por este medio”  [2].

De estas revelaciones y del epistolario de Sor Lucí­a se desprende que:
”se debí­a consagrar explí­citamente a Rusia;
”la consagración debí­a hacerse especí­ficamente al Inmaculado Corazón de Marí­a;
”debí­a hacerla el Papa en unión con todos los obispos del mundo.

Dejando en claro que se trataba un pedido de origen divino, procederemos ahora a contestar las objeciones, y al hacerlo aparecerán datos complementarios que ayudan a entender mejor la profunda importancia de esta entrega.

Objeción #1: Esta consagración es intrascendente pues Rusia ya está convertida; es Occidente el que necesita convertirse.

Respondemos: En primer lugar, ninguna consagración es intrascendente, pues da gloria a Dios y es motivo de gracias especiales para los consagrados.

De otro lado, un católico que tome en serio a la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo no puede considerar “convertido” a un paí­s en que el Catolicismo es minoritario. Allí­, la mayorí­a de cristianos se consideran parte de la autodenominada Iglesia Ortodoxa, que se separó de Roma hace ya un milenio, por no reconocer la autoridad del Papa sobre la Iglesia universal. En las leyes rusas, la “ortodoxia” ha sido declarada la religión tradicional del paí­s, junto con el islam, el budismo y el judaí­smo; además está muy extendido el chamanismo. La Iglesia Católica encuentra muchos obstáculos en las autoridades civiles y eclesiásticas.

En cuanto a moral de la sociedad, en algunos aspectos no ha decaí­do tanto como Occidente, pero en otros sí­. Por ejemplo, en 2010 Rusia ocupaba un macabro segundo puesto en cantidad de abortos intencionales por año (1”200,000, solo superada por China). Por consideraciones utilitarias relativas a la disminución de la población, el gobierno central impuso algunas restricciones al aborto e implementó consejerí­as, y ahora se calcula que los rusos “solamente” matan, por año, a unos 600,000 de sus bebés antes de nacer. Se encuentran también muy extendidos el alcoholismo y la prostitución. En suma: nos parece superficial decir que Rusia ya está convertida, y que lo ha conseguido sin necesidad de ser consagrada al Corazón de Marí­a, requisito que, como veremos al responder la objeción #2, es indispensable.

Respecto a la necesidad de que Occidente se arrepienta y rectifique, es algo que se percibe claramente en el Mensaje de Fátima. Si bien la Reina del Mundo no hizo distinción explí­cita entre continentes ni hemisferios, Ella se apareció precisamente en Europa y nos habló de la gravedad de los pecados del mundo, que claman a Dios por reparación y justicia. Harán falta mucha oración y penitencia para lograr la enmienda, y así­ evitar más castigos de los que ya vinieron.

Objeción #2: Esta consagración ha sido inútil por ser tardí­a.

Respondemos: Ha sido muy tardí­a, pero ciertamente será fructí­fera.

Unos años después del pedido inicial, Nuestro Señor Jesucristo se quejó a Lucí­a de que la consagración de Rusia no habí­a sido hecha. Así­ lo relató ella en misiva a su confesor, el jesuita José Bernardo Gonçalves: “No quisieron atender mi súplica. Como el rey de Francia se arrepentirán y la harán después. Pero será tarde. Rusia habrá extendido ya sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia; el Santo Padre tendrá mu­cho que sufrir [3].

Aquí­ el Rey de reyes aludí­a a la promesa que Él mismo hizo al monarca francés por medio de santa Margarita Marí­a Alacoque: Darle la vida de la gracia y la Gloria eterna, así­ como la victoria sobre todos sus enemigos y los de la Iglesia, si se consagrase al Sagrado Corazón y lo hiciese reinar en su palacio, pintar en sus estan­dartes y grabar en sus armas [4]. Era rey entonces Luis XIV. Recién un siglo después, ya derrotado por sus enemigos y preso, Luis XVI decidió atender el pedido hecho a su antepasado. Sin embargo, era tarde: Fue condenado a muerte por la impí­a Revolución y solo salió para ser guillotinado.

En el caso que nos ocupa, también ha pasado casi un siglo. Si la consagración hubiese sido hecha cuando fue pedida, es decir en 1929, aquella inmensa nación se habrí­a convertido, dejando de inocular errores en los espí­ritus y propagarlos por el planeta. Se hubieran evitado guerras, guerrillas y persecuciones, opresión y miseria. El comunismo habrí­a perdido impulso en el mundo y presumiblemente no hubiéramos sufrido a Sendero Luminoso ni el MRTA, movimientos que bañaron en sangre a nuestro paí­s. No hubieran perecido prematuramente las más de 100 millones de ví­ctimas que la secta roja mató en el mundo. Trágicamente, ya no podemos volver atrás.

Siendo así­, ¿por qué afirmamos que esta consagración será provechosa? Nos basamos en una carta de 1936 en la que Lucí­a relató a su confesor lo que el mismo Jesucristo le habí­a dicho: “Ora mucho por el Santo Padre. Él la hará, pero será tarde. Sin embargo, el Corazón Inmaculado de Marí­a ha de salvar a Rusia. Le está confiada  [5]. Es decir, Rusia aún necesita ser salvada por el Corazón de la Virgen, y eso se conseguirá mediante la consagración.

Esto último concuerda con las palabras de la Madre de Dios al final de la parte citada del Secreto: “por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz” . Es decir, no se dará esa conversión antes que la consagración. Es designio divino.

¿Por qué? Nuestro Señor se lo reveló a Lucí­a, según consta en la misma carta: “Interiormente he hablado al Señor de este asunto. Y hace poco le preguntaba por qué no con­vertí­a a Rusia sin que Su Santidad hiciese esta consagración: ”Porque quiero que toda mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del Inmaculado Corazón de Marí­a, para después ex­tender su culto y poner, al lado de la devoción a mi Corazón divino, la devoción de este Corazón Inmaculado”  [6]. Esos son los designios de la infinita Sabidurí­a del Altí­simo, que debemos amar sabiendo que son justos y admirables, aunque muchas veces nuestra limitada inteligencia no alcance a comprenderlos.

De manera que el acto consagratorio es un paso indispensable para que se dé un cambio histórico en dicha gran nación, que beneficiará a todos aquellos susceptibles de ser influenciados por ella. No resistimos citar aquí­ las siguientes palabras escritas por el célebre abad benedictino Dom Alphonse Guépin (+1917), que parecen inspiradas por el Espí­ritu Santo:

“Que Rusia se torne católica determinarí­a el fin del islamismo y el triunfo definitivo de la Cruz sobre el Bósforo, sin ningún peligro para Europa; el Imperio cristiano en Oriente restaurado con una gloria y un poder hasta ahora desconocidos; Asia evangelizada no por algunos pobres sacerdotes aislados, sino con la ayuda de una autoridad mayor que la de Carlomagno; y, finalmente, la raza eslava reconciliada en unidad de fe y de aspiraciones para su mayor gloria. Esta transformación será el mayor acontecimiento del siglo que verá su cumplimiento; cambiará la faz del mundo”  [7].

Dios quiera que así­ sea.

Objeción #3: Esta consagración es nula, porque se debió consagrar solo a Rusia.

Respondemos: En medio del ataque ruso a Ucrania, los obispos ucranianos de rito latino suplicaron al Papa Francisco que consagre ambos paí­ses al Inmaculado Corazón. El Papa decidió atenderlos, agregando además a “nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera” . Al hacer esto, ¿la habrá invalidado?

No lo creemos. Existe una carta de Lucí­a al propio Papa Pí­o XII, en 1940, en la cual habla de consagrar el mundo entero nombrando especialmente a Rusia: “En varias comunicaciones interiores, Nuestro Señor no ha dejado de insistir en esta petición, prometiendo últimamente que, si Su Santidad se digna consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de Marí­a con especial mención de Rusia, y ordenar que, en unión con Su Santidad y al mismo tiem­po lo hagan también todos los obispos del mundo, abreviará los dí­as de tribulación con que ha de­terminado castigar a las naciones por sus crí­menes con la guerra, el hambre y varias persecucio­nes a la Santa Iglesia y a Su Santidad”  [8].

Habiéndose mencionado explí­citamente a Rusia, no hay motivo para considerar inválida la consagración por hacer las añadiduras que señalamos. La consagración sólo puede ser motivo de gracias y dones para los consagrados [9].

Objeción #4: Fue incompleta, porque el Papa no ordenó a todos los obispos del mundo que se unan.

Respondemos: S. S. Francisco invitó oficialmente a todos los obispos del mundo a unirse al acto consagratorio, desde sus respectivos lugares. Es verdad que no les dio una orden formal. En situaciones normales, bastarí­a una invitación para que todos cumplieran la voluntad del Papa con devoción y entusiasmo. De hecho, hay noticias de una gran cantidad de obispos que así­ lo han hecho; incluso conferencias episcopales enteras.

Pese a ello, no podemos cegarnos ante la realidad: hay una tal crisis en la Iglesia que es de temerse que algunos no hayan deseado participar. No obstante esto, podemos presumir que participaron todos los prelados que tienen fe y amor de Dios, cuyas almas estaban abiertas para hacerlo. Los demás, en general, no lo habrí­an hecho aunque hubieran recibido una orden formal.

La indiferencia y hasta el rechazo de varios obispos al pedido de Marí­a Santí­sima, ¿impedirá la conversión de Rusia? No lo creemos, pues el punto central es obviamente el acto del Papa. Dios sabe que, tristemente, hay obispos que han dejado de lado el amor y la doctrina verdadera, por tanto Él mismo no puede esperar la participación de todos ellos.

Sin embargo, nos permitimos formular la siguiente hipótesis: Los obispos omisos tendrán parte de la responsabilidad en que los frutos sean menores, es decir, que aquella nación reciba gracias de menor magnitud, redundando en que dicha conversión abarque a menos personas, o tal vez no alcance al grado de perfección al que podrí­a llegar si todos hubieran participado. Gran responsabilidad ante Dios. Pese a ello, estamos convencidos de que esta consagración es suficiente para que se haya iniciado la efusión de gracias que llevarán a la tan anhelada conversión rusa.

Objeción #5: La consagración era innecesaria, pues ya habí­a sido hecha por San Juan Pablo II hace cuatro décadas.

Respondemos: Sobre este punto hay un viejo debate. Para entender su origen, recorramos, a vuelo de pájaro, los actos papales previos que podrí­an ser considerados como cumplimiento al pedido de Fátima.

En 1942, en un mensaje radial a Portugal clausurando el año jubilar de las apariciones, S. S. Pí­o XII consagró la Iglesia y el género humano al Inmaculado Corazón de Marí­a, mediante una bella y conmovedora oración [10]. Podrí­amos pensar que así­ ya quedaba cumplido el pedido celestial, pues Rusia es obviamente parte del género humano. Sin embargo, no se la mencionó explí­citamente ni fueron convocados los obispos del mundo a unirse, además de que podrí­a discutirse si el mensaje radial constituyó un acto solemne.

La Hna. Lucí­a explicó en carta del 4 de mayo de 1943 al ya mencionado P. Gonçalves, que Nuestro Señor “promete el próximo fin de la gue­rra, en atención al acto que se dignó hacer Su Santidad. Pero como fue incompleto, queda la conversión de Rusia para más adelante”  [11].

En 1952, por medio de la Carta Apostólica Sacro Vergente Anno, el mismo Pí­o XII consagró los pueblos de Rusia al Inmaculado Corazón de Marí­a [12]. Una vez más, no fueron conclamados los obispos del mundo.

Al clausurar la III Sesión del Concilio Vaticano II, en 1964, el Papa Pablo VI “confió el género humano” al Inmaculado Corazón de Marí­a [13].

S. S. Juan Pablo II hizo tres consagraciones del mundo al Inmaculado Corazón de Marí­a: una en Fáti­ma, el 13 de mayo de 1982 [14], las otras en Roma en 1983 [15] y 1984 [16]. Dos de ellas fueron solemnes y precedidas de un pedido a los obispos para que se unieran al Pontí­fice, pero en ninguna se mencionó explí­citamente Rusia. En las tres ocasiones, luego de confiar y consagrar al Inmaculado Corazón “este nuestro mundo humano” , el Papa Peregrino pronunció estas palabras: “De modo especial os entregamos y consagramos aquellos hombres y aquellas naciones que de esta entrega y de esta consagración tienen particular necesidad” .

Y aquí­ viene el punto de debate. Algunos piensan que la alusión indirecta a Rusia fue suficiente para Dios. Otros piensan que era indispensable mencionarla. La Hna. Lucí­a sostuvo inicialmente que habí­a sido insuficiente [17]. No obstante, hay datos de que, después de la caí­da del Muro de Berlí­n y en medio de los impresionantes cambios en el mundo comunista, ella empezó a defender la otra posición. El ahora cardenal Tarcisio Bertone aseguró que eso le fue confirmado a la Hna. Lucí­a mediante un mensaje celestial, aunque no se ha dado a conocer su fecha y contenido preciso. No falta quien levante la hipótesis de que Dios acogió la consagración “de buen grado” (palabras éstas de Mons. Bertone [18]), pero de una manera análoga a la primera hecha por Pí­o XII, es decir, considerándola aún incompleta. La dificultad de entrevistar a Lucí­a impidió que se pueda esclarecer esto antes de su fallecimiento.

La presteza con que el Papa Francisco acogió el pedido de los obispos ucranianos puede ser indicio de que él, tal vez, intuí­a o sabí­a que algo faltaba para cumplir cabalmente con el pedido de Marí­a Santí­sima.

Objeción #6: Fue un acto satánico porque, disimuladamente, Francisco ha hecho una consagración a la Mama Pacha, deidad pagana.

Respondemos: Ha llamado la atención en el texto italiano que el Papa usó, así­ como en la mayorí­a de las traducciones oficiales, la invocación a Marí­a como “Tierra del Cielo” . Muchos han discutido qué puede significar. Ha circulado una interpretación que la identifica con el wenumapu, la “tierra de arriba” que para la religión mapuche es el firmamento y la residencia de los dioses, adonde van también los antepasados que han cumplido con su destino. Concluyen, entonces, que la consagración ha sido hecha a la Pachamama, la Madre Tierra de la mitologí­a quechua.

Los que han concebido esa objeción dan un salto sobre las reglas de la lógica, haciendo lo que en nuestro paí­s, coloquialmente, se llama “mezclar papas con camotes” . Obviamente, no es lo mismo el cielo que la tierra.

Antes de precipitarnos en la exégesis de que, entonces, Francisco nos habrí­a consagrado a los falsos dioses del “cielo” mapuche, veamos si llamar a Marí­a “Tierra del Cielo” puede tener un sentido legí­timo.

Sinceramente, el autor de esta lí­neas también quedó desconcertado con la expresión, sin lograr descifrarla. Dí­as después, un alto funcionario de las comunicaciones de la Santa Sede, Andrea Tornielli, publicó la siguiente explicación en varios órganos vaticanos: se tratarí­a de una expresión tomada de un himno eslavo ”ya que las dos naciones especialmente consagradas son eslavas” “y significa poéticamente la unión del cielo y la tierra que podemos contemplar en Marí­a asunta al Cielo con su cuerpo”  [19]. Hubiera sido conveniente que el Sr. Tornielli citara el aludido himno. Ante esa carencia, intentamos indagar y nos deparamos con las explicaciones de Mons. Athanasius Schneider, obispo en Kazajistán, quien cita antiguas metáforas sacras que dejan claro que esta expresión puede usarse válidamente [20]. Por ejemplo:
”San Pedro Damián, en un himno en honor a la Santí­sima Virgen, la alaba diciendo: “Es et terra cÅ“lestis” : “y eres tierra celestial .
”San Juan Crisóstomo escribió: “La palabra Edén significa tierra virgen. Así­ era aquella región en la que Dios plantó el paraí­so. (...) Ahora bien, esta (tierra) virgen es una figura de la Virgen Marí­a. Pues así­ como de aquella tierra, sin haber recibido ninguna semilla, floreció para nosotros el paraí­so; así­ también Marí­a, sin haber concebido de hombre, hizo brotar para nosotros a Cristo” .
”San Juan Damasceno comentó sobre la entrada de la Madre de Dios al Cielo: “Las puertas del paraí­so se abren y reciben la tierra portadora de Dios, en la que se originó Cristo, el árbol de la vida eterna” .

Menciona también el ilustre Prelado algunas frases de la liturgia bizantina católica:
”Pone en boca de Marí­a la frase: “Yo soy la tierra virgen” (Octóikos, voz 8, domingo, himno 6).
”En otro lugar la alaba como “Tierra bendita, bendita Novia de Dios, tierra virgen y salvadora del mundo” (Canon para la Santa Comunión, Oda 1, Theotókos).

En vista de estos esclarecedores ejemplos, consideramos impertinente atribuir a esta consagración un perverso carácter sacrí­lego.

Conclusión

Así­, no vemos otra conclusión posible que alegrarnos por la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de Marí­a y esperar que las gracias se derramen sobre aquella nación como semillas que irán germinando, y flores que brotarán y florecerán para gloria de Dios y la civilización cristiana.

Lo que nos toca a nosotros

Sin embargo, aún falta difundir a gran escala la Comunión Reparadora de los primeros sábados, así­ como otros factores necesarios para la restauración del mundo conforme al Mensaje de Fátima: la oración y la penitencia, para conversión de los pecadores y desagravio a nuestro Creador. Esto nos toca a todos nosotros.

Artí­culo relacionado: RUSIA SERÁ CATÓLICA (II) por el historiador Roberto De Mattei.






[1BORELLI MACHADO, Antonio Augusto. Fátima: ¿Mensaje de Tragedia o Esperanza?, El Perú necesita de Fátima, Lima, 5a. ed., 2017. pp. 53 y 55.

[2Apuntes de su confesor, el padre José Bernardo Gonçalves SJ, copiados de un manuscrito de la Hna. Lucí­a (cf. ediciones brasileña y portuguesa de las Memórias e Cartas da Irmã Lú­cia, edición a cargo del P. Antonio Marí­a Martins SJ, 1973, p. 193). Las versiones en castellano son extraí­das de la traducción publicada por una editorial jesuita española bajo el tí­tulo publicitario de El Futuro de Es­paña en los Documentos de Fátima (Fe Católica Ediciones, Madrid, 2a. ed., 1989. El texto citado está en las pp. 194-195).

[3Op. cit., p. 195.

[4Cfr. CAPANEMA FERREIRA E MELO, Péricles, El estandarte de la victoria: La devoción al Sagrado Corazón de Jesús y las necesidades de nuestra época, Lima, El Perú necesita de Fátima, 2017. p. 94.

[5Ídem, p. 164.

[6Loc. cit.

[7D. A. GUÉPIN, Un apí´tre de l”union des Egl. au XVIIe sií¨cle, saint Josaphat, H. Oudin, Poitiers, 1874 (2 vol.), prefacio.

[8Ídem, p. 176.

[9Según fuentes aparentemente serias, la Hna. Lucí­a habrí­a confirmado al P. Umberto Pasquale SDB, mediante cartas y una entrevista, que Nuestra Señora nunca habló de consagrar al mundo entero, sino solo a Rusia, pero que la religiosa lo incluyó en la carta a S. S. Pí­o XII por obediencia. Sea como haya sido, si eso contradijese la voluntad divina, tenemos certeza de que Lucí­a habrí­a explicado respetuosamente a sus superiores que no le era lí­cito cometer tal tergiversación. Por tanto, debemos concluir que extender la consagración al mundo es compatible con los designios de Dios.

[11Op. cit., p. 181.

[13Cf. Insegna­menti di Paolo VI, vol. II, 1964, p. 678.

[17Para citar apenas un documento de peso, en entrevista que concedió a la revista del Ejército Azul de Nuestra Señora de Fátima de España, en 1985, ella afirmó:
“[Pregunta] ” (...) ¿Fue hecho lo que [la Virgen] pidió en Tuy?
“[Respuesta] ”No hubo la participación de todos los obispos ni Rusia fue mencionada.
“[Pregunta] ”¿De modo que no se hizo la consagración conforme lo pidió la Santí­sima Vir­gen?
“[Respuesta] ”No. Muchos obispos no dieron importancia a este acto”
(“Sol de Fátima” , Ma­drid, nº 103, setiembre-octubre de 1985, p. 8).

[18Giuseppe de Carli, Eminenza mi permette?, Piemme, 2004, p. 128.





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Mensajes

  • Estimados en Cristo:
    Muy interesante el artículo sobre la consagración al Corazón Inmaculado de María. Sobre la expresión "tierra del cielo", adjunto un soneto del poeta argentino Francisco Luis Bernárdez que sugiere algo parecido y que ciertamente el Papa conoce. Muchas gracias.
    Prof. Víctor Basterretche

    Soneto a la Asunción de la Santísima Virgen
    (1943)

    Al puro cielo que nació en la tierra
    Y que en la tierra tuvo preso al cielo
    (Para que el cielo convirtiera en cielo
    La tierra que hasta entonces era tierra)

    El cielo lo levanta de la tierra
    Y de la tierra se lo lleva al cielo,
    Y al verse abandonada por el cielo
    La tierra llora lágrimas de tierra.

    Que no llore la tierra por el cielo,
    Porque el cielo que ahora está en el cielo
    Nunca estuvo tan cerca de la tierra;

    Porque aquel puro cielo está en el cielo
    Para que el cielo mire, desde el cielo,
    A la tierra con ojos de la tierra.

    FRANCISCO LUIS BERNÃ RDEZ
    (de su libro Poemas de carne y hueso, Editorial Losada, Buenos Aires, 1ª edición, 1997, p.23)

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