Contra viento y marea, la "March for Life" de 2016 demostró su pujanza
por Santiago Laia
Cada año que pasa, la Marcha por la Vida en Washington, DC, aparece con más empuje, incluso cuando el frío es riguroso. En los últimos años la multitud fue de alrededor de medio millón de participantes, siendo compuesta por jóvenes la aplastante mayoría.
La Sociedad Norteamericana para la Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP), que participa en la marcha desde su primera edición en 1974, cuando apenas una treintena de personas se manifestaron, contribuye cada vez más para marcar el evento con una nota de ánimo y altanería en el combate por la vida humana inocente.
Todos los años, son distribuidos a la multitud de participantes manifiestos de la TFP en forma de volantes, esclareciendo al público sobre el hecho de que la coherencia de la posición provida nos debe llevar no sólo a oponernos al aborto, sino a todo tipo de inmoralidad sexual que conspira contra la tradición y la familia: oponernos a los esfuerzos de difusión de la anticoncepción que niega la finalidad primaria del matrimonio, que es la procreación; oponernos a los esfuerzos vergonzosos para elevar la unión homosexual, estéril por naturaleza, al status de matrimonio; y también oponernos a la promoción insistente de la eutanasia.
En la actualidad, siguiendo el ejemplo de la Marcha por la Vida en Washington, otras ciudades norteamericanas comenzaron a promover sus respectivas marchas anuales, llevando a todo el país el rechazo popular al aborto.
Con sus símbolos, capas y estandartes rojos ondeando con el león heráldico y el lema Tradición, Familia, Propiedad, y con la presencia de la imagen de Nuestra Señora de Fátima, flanqueada por militantes vestidos con traje ceremonial, al toque de la Fanfarria de los Santos Ángeles ”constituida por alumnos de la Academia San Luis de Montfort}”, la TFP estadounidense marcó su presencia en la 43ª Marcha por la Vida con más de 100 miembros y corresponsales. La marcha tuvo lugar el 22 de enero, nuevamente inundada por miles de jóvenes de diversas partes del país.
La TFP norteamericana distribuyó a los manifestantes una declaración titulada "Combatiendo el aborto en su núcleo: Un llamado a restaurar el Orden". Sostiene que la victoria del movimiento pro vida sólo se producirá si luchamos no sólo contra el aborto, sino también contra de la expansión de todos los gérmenes destructores de la familia y la sociedad. Es decir, luchar por la restauración de los valores morales y culturales de la civilización cristiana, fundada en los principios de la ley natural y los Diez Mandamientos de la Ley de Dios (Haga clic aquí para leer la declaración).
Este año la March for Life tuvo una nota especialmente épica, marcada por la determinación de los participantes de enfrentar las incomodidades del viaje causadas por el mal tiempo, a la par de una fuerte campaña de los medios de información izquierdistas, que buscaban desanimarlos de asistir prenunciando poca asistencia del público, debido a la amenaza de una gran tormenta de nieve.
Antes de cumplirse diez minutos del inicio de la marcha, la nieve comenzó a caer. Pero en lugar de complicar el avance de la marcha, la caída constante de la nieve blanca y cristalina hizo a la marcha asumir un aspecto maravilloso, contribuyendo a duplicar el ánimo y el entusiasmo de los jóvenes que cantaban, voceaban eslóganes y ostentaban fajas contra el aborto.
La March for Life de 2016 demostró que, a pesar de los vientos en contra, un creciente sector de la juventud norteamericana sigue confirmando su dedicación a la defensa de los valores morales de la tradición y la familia. Es una juventud que ansía lo épico y lo heroico, en un país que durante muchos años fue visto apenas como el impulsor de la revolución liberal. También probó que, con la ayuda de la Nuestra Señora y de San Miguel Arcángel, la Marcha por la Vida no se detendrá hasta que haya una victoria total en la lucha en defensa del niño por nacer.
Vea a continuación un video de la marcha:
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