LA ASUNCIÓN DE MARÍA EN ELCHE

Fiesta medieval inocente que maravilla a los corazones

por Luis Alberto Chávez H.

No pude resistirme a ver la hora y media que dura esta filmación. Me subyugó como expresión de amor, respeto y devoción a la Reina del Cielo y la Tierra.

Se trata de la manera como el pueblo de Elche (Valencia) celebra la Asunción de la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, a quien confiesan como su propia Madre y Soberana.

El "Misterio" de Elche. Momento en que cuatro ángeles genuflexos están llevando al Cielo a la Santísima Virgen, sin que aún los apóstoles se hayan percatado.

Esta ceremonia se realiza por lo menos desde el siglo XV, y ”como tradición viva” ha estado abierta a los cambios que pudieran perfeccionarla sin minar su espí­ritu inocente y contemplativo. Ejemplo de ello son la adaptación polifónica de los versos (s. XVI) o el acompañamiento de órgano (s. XX).

Todos los años en Elche, en la Basí­lica de Santa Marí­a, actores/cantores realizan, con gran compenetración, dos dí­as de escenificaciones. El 14 de agosto presentan el fallecimiento de la Virgen Marí­a y la subida de su alma al Cielo. El dí­a 15 representan sus funerales, que un grupo de judí­os trata de impedir, quedando paralizados y pidiendo luego el bautismo. Después de las honras fúnebres, el espí­ritu de Nuestra Señora baja del Cielo, su cuerpo revive y Ella es llevada por los ángeles. El momento en que el fervor popular se colma y desborda se da cuando baja la Santí­sima Trinidad a recibir a Marí­a en medio de su Asunción y la corona como Reina de la Creación.

Al momento de la coronación, repican las campanas y estallan los aplausos, mientras los Apóstoles y el pueblo reciben extasiados una lluvia de oropel.

Cabe notar, para no sembrar confusión entre nuestros lectores, que la Iglesia no se ha pronunciado sobre si Marí­a Santí­sima pasó por la muerte o no, pues no se tienen datos suficientes. Lo que sí­ sabemos a ciencia cierta es que fue llevada en cuerpo y alma al Cielo, esto es, a gozar de Dios por toda la Eternidad. Y es en esta visión beatí­fica que el Omnipotente le muestra nuestras necesidades y súplicas para que Ella nos sirva de maternal intercesora.

Sirva esta ceremonia, bellí­simo fruto de la civilización cristiana, de estí­mulo para que glorifiquemos a Dios por las maravillas que obró en la más fiel de sus siervas.

DÍA 15, PRIMERA PARTE:

DÍA 15, SEGUNDA PARTE:

FUENTE PRINCIPAL: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=37173











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