“QUO VADIS DOMINE?”

Príncipe católico envía Reverente y Filial Mensaje al Papa Francisco

Ciertos rumbos de la Santa Sede bajo el actual pontificado, en cuanto afectan a la sociedad civil, vienen despertando serias perplejidades e interrogantes en muchos ambientes católicos. Un expresivo ejemplo de ello lo da el Reverente y Filial Mensaje dirigido al Papa Francisco por S. A. I. R. el Príncipe Don Bertrand de Orleans y Braganza, el día 8 de febrero. Por la importancia y gravedad de la materia, lo resumimos aquí para los lectores interesados.

En seminario convocado por la Santa Sede, prédica de la lucha de clases y amenazas

En su doble carácter de Príncipe cristiano y activo participante de la vida pública de su país como director de la campaña Paz en el Campo, Don Bertrand expone al Papa que, en las últimas décadas, el medio rural del Brasil viene siendo conturbado por una constante agitación encabezada por el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) y la organización internacional La Vía Campesina.

Por eso expresa su consternación por la invitación que la Academia Pontificia de Ciencias envió al Sr. João Pedro Stédile, coordinador nacional del MST y representante de la Via Campesina” para participar, con los viáticos pagados por el Vaticano, de un seminario que dicha Academia realizó en Roma el pasado 5 de diciembre, sobre La emergencia de las personas socialmente excluidas.

Stédile, explica Dom Bertrand, es un marxista declarado y utilizó ese evento como tribuna para hacer propaganda de su ideología. Incluso después del simposio asistió a un mitin de la ultra izquierda altermundialista italiana, donde hizo apología de sus métodos ilegales jactándose de que, como la vía institucional “parece decisivamente bloqueada” para las izquierdas, “todo lo que el MST ha conquistado en el curso de sus 30 años de vida es debido a la práctica de las ocupaciones de masa”, o sea, a la violación sistemática de la propiedad privada rural.

João Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST)

Ese recurso a la ilegalidad e incluso a la violencia se debe, según Stédile, a que actualmente “la correlación de fuerzas a nivel de lucha de clases es bastante desfavorable” para los revolucionarios: las izquierdas pasan ahora por un “período de reflujo” que él propone transformar en “período de resistencia”, dedicado a “aprender las lecciones de la lucha de clases" y profundizar la formación política del MST, "estudiando Marx, Lenin, Gramsci".

Propone asimismo reunir “todos los movimientos sociales” en un nuevo frente mundial contra el capital internacional, pues según él, los frentes anteriormente formados con ONGs y “Forums sociales” han fracasado. De esa forma, vaticina que “la curva de la lucha de clases será mundial y, por tanto, cuando comience la fase de ascensión, será así por todas partes. Y la tierra temblará”.

Agitador comunista se jacta de apoyo de la Santa Sede

Frente a esta amenaza, Dom Bertrand expresa: “no puedo dejar de preguntarme, Santo Padre, cuál es la razón de que ese paladín de una utopía revolucionaria anticristiana y promotor de la violación sistemática de las leyes haya sido convidado por la Pontificia Academia de Ciencias”. Pues es obvio que, careciendo de apoyo popular, el interés del líder del MST sólo puede ser “utilizar a la Iglesia Católica y organismos de la Santa Sede como compañeros de ruta en su utópica aventura”.

Este aprovechamiento es reconocido por Stédile, al jactarse de haber conseguido “motivar a que el Vaticano nos ayude con la Vía Campesina y como movimientos sociales”. Y dijo que ahora espera establecer “un diálogo mayor del Vaticano con los movimientos sociales”, y que “las iglesias locales oigan a los pueblos y no al Nuncio apostólico, que es un burócrata al servicio de no sé quién”.

“¿Quiénes serían —se pregunta Don Bertrand— los miembros de esas “iglesias locales” que así descalifican al representante de la Santa Sede a pretexto de oír a “los pueblos”, sino los adeptos de la Teología de la Liberación?”

Justamente uno de los más notorios elementos de esa corriente, el ex fray Leonardo Boff, se regocijó de que Stédile y sus congéneres fueran “convocados a Roma, junto a la Sede Apostólica”; pues, según afirma, el evento toca “un tema central de la Teología de la Liberación: la emergencia de los pobres”, y así, puede significar “el comienzo de una nueva voluntad de reinventar [sic] la Humanidad”. [1] Cómo esto parece evocar el mito del “hombre nuevo” colectivista, soñado por Marx...

Desconcertante estímulo a organización delictiva y vandálica

Por cierto, agrega Don Bertrand, los “millones de católicos brasileños que conocen el pasado de violencia, de crimen, de destrucción y de miseria que el MST y la Vía Campesina han dejado atrás de sí en los últimos 30 años”, se sentirán chocados conociendo la invitación vaticana al líder de los invasores. Pero se asombrarán más aún al saber que en esa ocasión, el Papa grabó un video con un mensaje de saludo a los integrantes de la Via Campesina.

Es conocido en todo el Brasil que en 2006 y 2008, miles de vándalos de esa organización subversiva invadieron y destruyeron instalaciones de la empresa Aracruz Celulosa, en Rio Grande do Sul [2], y de la Estación Experimental de Caña de Azúcar de Carpina, de la Universidad Federal Rural de Pernambuco (UFRPE), En ambos casos, en operaciones perfectamente sincronizadas, redujeron a nada modernos laboratorios, arrasaron plantaciones, arruinaron trabajos de mejoramiento genético realizados por estudiantes de maestría y doctorado, y malograron así esfuerzos de investigación científica de varias décadas. Aparte de las incalculables pérdidas económicas,“no hay cómo recuperar el perjuicio”, dijo el director de Estación de Carpina [3].

Por eso los brasileños, observa Don Bertrand, se desconcertarán al “saber que Vuestra Santidad, en ese video, estimuló a la Via Campesina a ’seguir adelante’ [4]. “Y los integrantes de la Vía Campesina probablemente interpretarán vuestras palabras ... como aplicables a sus acciones delictivas”.

Este incentivo papal contrasta con las categóricas palabras con que S.S. Juan Pablo II, retomando la enseñanza de León XIII, condenó severamente las ocupaciones ilegales de tierras en el Brasil. Hablando a Obispos de ese país, les dijo: “Recuerdo, igualmente, las palabras de mi predecesor León XIII cuando enseña que ’ni la justiçia, ni el bien común permiten damnificar a alguien o invadir su propiedad bajo ningún pretexto’ (Rerum Novarum, 55). La Iglesia no puede estimular, inspirar o apoyar las iniciativas o movimientos de ocupación de tierras, sea por invasiones por el uso de la fuerza, sea por la penetración subrepticia de las propiedades agrícolas” [5].

El mismo Juan Pablo II reiteró la advertencia en noviembre de 2002, cuando aludió a la “aplicación de esquemas ideológicos originados por la lucha de clases como, por ejemplo, a través de la invasión de tierras — ya reprobada en mi viaje pastoral en 1991” [6].

Apoyo a líder marxista argentino, para quien la propiedad privada es un robo y un régimen neo-soviético es la meta

Aún admitiendo que Francisco “no haya tenido conocimiento de los hechos delictivos envolviendo a la Vía Campesina en el Brasil, y que las palabras ’seguir adelante’ no pasen de una forma estilizada para concluir su saludo”, el Príncipe señala que le extrañaría “la eventualidad de que Vuestra Santidad no supiese perfectamente quién es Juan Grabois, argentino militante de la ’izquierda popular’ peronista, también invitado por la Pontificia Academia de Ciencias” a ser uno de los organizadores del referido seminario, y su primer ponente.

Juan Grabois, líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE)

Grabois, abogado y articulador de la red de cartoneros — los catadores de papel de Buenos Aires — en el Movimiento de Trabajadores Excluidos, es también uno de los fundadores de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular. Marxista al igual que Sédile, afirma que toda riqueza particular “proviene de algún gran crimen” y es fruto necesario de “saqueo, esclavitud, rapiña, contrabando, evasión de capital, trata de personas, tráfico [de estupefacientes], usurpación, estafa, corrupción, malversación de fondos públicos”.

Para él, son esos “los métodos que tiene en el menú todo aspirante a burgués”. Y en tal calificación incluye a los trabajadores de la economía informal que, al convertirse en propietarios, pasarían fatalmente a la condición de “explotadores” y establecerían también ellos, “sistemas pericapitalistas de acumulación basados en el delito, en la explotación, en la esclavitud y en la violación de todos los derechos sociales” de sus dependientes. O sea, todo propietario particular sería un ladrón por el simple hecho de enriquecerse: es la vieja tesis de Marx y Proudhon.

“Vuestra Santidad —comenta Don Bertrand— notará que una simplificación tan groseramente unilateral, un tal odio de clases al llamado ’burgués’ y a la propiedad privada, como a la libre iniciativa y al sistema salarial, está en las antípodas del pensamiento de la Iglesia, y no puede sino desembocar en el ’socialismo real’”.

Y es justamente tal socialismo lo que propone Grabois, al plantear que sólo cuando la economía sea “socializada y planificada” [7] se podrá realizar la “sociedad sin explotados ni explotadores”, lo que implica “una intervención fortísima del Estado” [8], general y omnímoda, “regulando, planificando, complementando y subsidiando las unidades productivas populares” [9].

Ante esto, Don Bertrand se pregunta: “¿en qué se diferencia ese modelo de una vuelta a la difunta Unión Soviética?”. Y expresa su perplejidad porque el Papa invitara a los cartoneros al estrado en la playa de Copacabana, durante el Via Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud [10] y les tributase otros gestos de acogida, como una audiencia de dos horas en Roma [11], en agosto pasado.

“¿Envolverían estos gestos de Vuestra Santidad un apoyo a la línea trazada por el ideólogo Juan Grabois? He ahí mi filial y respetuosa pregunta”.

En recintos del Vaticano resuenan las elucubraciones anticapitalistas de Karl Marx

Lo cierto es que el líder cartonero aprovechó ávidamente la tribuna vaticana para defender el marxismo y “explicar” a los participantes que Marx tenía razón en todo pero no previó “los nuevos antagonismos sociales” que generaría la globalización; en particular, el surgimiento de una “masa marginal” de “trabajadores excluidos”.

Estos serían las personas que sobreviven en la informalidad y constituyen, según Grabois, “el sujeto social más dinámico de esta etapa histórica”. El ex guerrillero y teólogo de la liberación Fray Betto los designa como “pobretariado”. Para Grabois, esos informales anhelan “un mundo sin explotación del hombre por el hombre, donde cada cual reciba según su necesidad y contribuya según su capacidad”, principio básico de la utopía marxista. O sea, ¡serían todos comunistas potenciales, marxistas utópicos, aunque no explícitos!

“Y esta clamorosa falsedad, Santo Padre — que seria risible si no fuese terrible — cuesta entender que haya sido predicada en recintos de la Sede Apostólica”, comenta Don Bertrand.

Esos informales, dijo Grabois, integran un “nuevo proletariado” listo para la rebelión y dotado de nuevas formas de articulación y estrategias de acción, entre los cuales señaló “diferentes formas de acción directa” – eufemismo anarquista para indicar ilegalidad y violencia.

El recurso a tal estrategia se debería a que, mientras los obreros industriales “cuentan con la huelga como principal herramienta, los excluidos sólo pueden hacerse oír a través de piquetes, movilizaciones y otras formas de lucha que suelen ser consideradas crímenes”. Y los modelos de tales “formas de lucha” serían las dos agrupaciones acogidas por la Pontificia Academia de Ciencias: el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de la Argentina y el Movimiento de los Sin Tierra (MST) del Brasil, que es “parte de la Vía Campesina” mundial.

Ante su audiencia vaticana Grabois no dudó en exponer su meta: la tiranía colectivista. Si bien reconoce que en la economía informal “los medios de producción necesarios están al alcance de los sectores populares”, lamenta que ello no conduzca a que tales medios se “exploten colectivamente” y puedan así generar “relaciones sociales que sean horizontales”; es decir, que lleven al comunismo.

La salida, para él, es que también la economía informal sea controlada por el “poder popular”— o sea, por nuevos soviets. De ahí nacería “una nueva sociedad”, que, como fácilmente se percibe, se identifica con el más genuino comunismo.

“Si el modelo de esa “nueva sociedad” es el de los asentamientos controlados por el MST”, Dom Bertrand recuerda que lo que afirmó Miguel Stédile, hijo de J.P. Stédile y también miembro de la coordinadora nacional del MST, en esa materia: “Queremos la socialización de los medios de producción. Vamos a adaptar las experiencias cubana y soviética al Brasil”. [12]

Líderes de izquierda ponen su esperanza en organismos pontificios

“Santidad —prosigue el Príncipe—, para mi corazón de católico y brasileño resulta inexplicable que en los recintos sagrados de la Ciudad del Vaticano haya resonado una tal apología del comunismo... ¡76 años después que el Papa Pio XI condenara ese sistema antinatural como ’intrínsecamente perverso’”! [13]

Más inexplicable resulta que, al día siguiente de su discurso, Grabois fuese invitado por Francisco a una audiencia privada, en la cual fueron grabados el referido saludo papal y un video de promoción de su Movimiento de Trabajadores Excluidos.

Obviamente el trío Vía Campesina, MST y MTE no desaprovechó la ocasión para publicitar la acogida vaticana. En un comunicado conjunto [14], detallan que su participación en esos eventos fue coordinada “por el canciller de la Academia, [Arzobispo] Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, a pedido del propio Francisco”. Agregan que tras la audiencia papal, Stédile y Grabois discutieron con el Cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, “alternativas para dar continuidad al diálogo entre Iglesia y movimientos populares”.

De esos encuentros con prelados de la Curia Romana, los tres esperan obtener amplias ventajas estratégicas. Lo admitió Grabois en entrevista para la Radio Vaticano : “Tenemos que globalizar la lucha (...). Y yo creo que en ese ámbito, incluso el Consejo de Justicia y Paz, ...nos va a dar una mano”. Y, “aunque parezca un poco extraño”, cree también que la propia Pontificia Academia de Ciencias “está dispuesta a acompañar ... nuestras posiciones, nuestras luchas, inclusive fortalecer los procesos de organización” [15].

Agregó que el MST y MTE comparten la “renovada sensación” de haber recibido “un importante apoyo en su lucha”, el cual “abre una nueva etapa en la unidad global del campo popular”. Esto —comenta Don Bertrand— equivale a decir: “esta vez sí, podremos hacer realidad la convocatoria de Marx y Engels: ’¡Proletarios de todo el mundo, uníos!’”.

Por cierto esa “nueva etapa” se presenta cargada de amenazas para las instituciones y el Estado de Derecho: el mismo comunicado declara que “la democracia formal o burguesa falló”. Y plantea “nuevas formas de participación popular”, así como “nuevas formas de representación política, en todo el mundo”. Es la “democracia popular” vigente en Cuba o en la Venezuela chavista; una dictadura de hecho, tanto más peligrosa cuanto que esos dos “movimientos sociales” se proponen también amordazar a la prensa libre: “democratizar (léase: controlar y silenciar), en primer lugar, los medios de comunicación”.

Una noble y leal interrogación

Ante esto Don Bertrand expone al Pontífice, con todo respeto, un grave interrogante: “No puedo dejar de preguntarme, Santo Padre, con profunda aprensión y hasta con angustia: ¿de dónde proviene la esperanza de esos extremistas de izquierda, de contar con el apoyo de organismos de la Santa Sede para llevar a cabo sus planes revolucionarios y dictatoriales?”

“Todo parece indicar que ellos dan por cierto que estaría habiendo una cambio de orientación doctrinaria de la Santa Sede”. Por ejemplo, el comunicado del MST-MTE resalta que “todos los participantes hicieron reiteradas referencias e la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” y a sus “conceptos sobre la situación de los excluidos y la matriz excluyente de la economía global”.

Otro indicio de ese cambio es que la propia Radio Vaticano, el 22 de enero último, se sumó a las conmemoraciones de los 30 años de fundación del MST [16]. Y para eso cedió sus micrófonos a un sacerdote italiano pro-MST, el P. Savio Corinaldesi, quien en tono exaltado elogió a ese movimiento y acusó a quienes lo combaten de que “odian, execran y combaten al pueblo”...

La verdadera solución al problema social: restaurar la civilización cristiana

Antes de concluir Don Bertrand esclarece al Papa que no considera en absoluto que el actual hipercapitalismo global sea una panacea económica, y deplora que, entre otras deficiencias de ese sistema, “los beneficios del progreso material no hayan alcanzado aún a muchas parcelas de la población”. Pero recuerda que, como enseñó León XIII, la problemática social es principalmente una cuestión de orden moral y religioso, y por tanto “debe ser sobre todo resuelta en conformidad con las leyes de la moral y de la religión” [17].

Y sin duda, agrega, todos los desórdenes y revoluciones actuales se originan en dos vicios morales, el orgullo y la sensualidad [18]. Esos vicios nutren “los dos errores fundamentales y aparentemente opuestos de nuestra época: el utopismo colectivista y el liberalismo individualista”, que al desconocer toda verdad objetiva o Ley superior, “conduce a la ’dictadura del relativismo’, denunciada por el entonces Cardenal Ratzinger” [19].

Tal dictadura constituye un estado de cosas diametralmente opuesto a la Cristiandad exaltada, en luminosas palabras, por el Papa León XIII [20]. Por eso, explica Don Bertrand, un verdadero retorno al orden en la sociedad supone, tal como enseñó San Pío X, “la restauración de todas las cosas en Cristo” (Instaurare omnia in Christo – Ef. 1,10); es decir, retomar el ideal de civilización cristiana que aquel Pontífice magistralmente trazó [21].

Si se desea la elevación de las clases trabajadoras, el mismo San Pío X insistía en la necesidad de “mantener la diversidad de las clases, que es seguramente lo propio de la ciudad bien constituida” y confiere a la sociedad humana “la forma y el carácter que Dios, su Autor, le imprimió” [22]. Pretender “la supresión y la nivelación de las clases”, afirmaba el santo Pontífice, es una perversidad que trastorna las bases naturales de la sociedad [23].

Los pobres rechazan la prédica revolucionaria y anhelan el orden verdadero

Por tanto, señala Don Bertrand, deben evitarse a cualquier precio los contra-modelos cubano y soviético que inspiran al dúo MST-MTE, so pena de crear una sociedad de miserables, estos sí, excluidos de todo: del bienestar, de la vida política, de la cultura, de la libertad de viajar “¡y, sobre todo, excluidos de practicar sin trabas la religión católica en la Isla-prisión!”.

“Los pobres no quieren para sí una tal pesadilla. Y, por eso mismo, pocos se dejan ilusionar por los devaneos de un MST o de un MTE”. Así lo comprueba un sondeo del Instituto Ibope [24], que reveló que 92% de la población brasileña considera ilegales las invasiones de tierras promovidas por el MST; y 72% juzga que el Estado debería utilizar a la policía para proceder al desalojo judicial de los invasores. Para más de 70% el MST perjudica el desarrollo económico y social, la generación de empleo y las inversiones nacionales y extranjeras. Más significativo aún, para 85% de los brasileños el derecho de propiedad privada es esencial para el País: clara muestra de que el pueblo rechaza el comunismo y su miseria.

Por eso rechaza también la reforma agraria, bandera del MST: “a pesar de la formidable propaganda hecha a su favor y de los ríos de dinero aplicados en ella, la reforma agraria fracasó en el Brasil”. La situación socio-económica de los asentamientos agrorreformistas es tan grave, que hasta ministros del gobierno reconocen hoy lo que hace décadas ya denunciara el Prof. Plínio Corrêa de Oliveira: en su gran mayoría, esas unidades se transformaron en “favelas rurales”.

Mientras los asentados de la reforma agraria nada producen y vegetan miserablemente de limosnas del Estado, en sentido opuesto, gracias al esfuerzo tecnológico de pequeños, medios y grandes productores hoy “la producción agrícola del Brasil alimenta a mil millones de personas”, observa un perito de la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa). Otro estudio muestra que debido a ese boom agrícola privado “el precio de la cesta de alimentos cayó a la mitad entre 1975 y 2010” [25], y los pobres son los más beneficiados: “en la década de 1970, la familia media brasileña gastaba cerca de 40% de la renta familiar en alimentos. Actualmente, ese valor no pasa de 16%” [26].

A lo que el Príncipe comenta: “La demagogia de la izquierda, Santidad, puede encontrar resonancia en las redacciones de ciertos diarios y TVs, en medios académicos, en la nomenklatura de los partidos políticos... y hasta — duele constatarlo — en ciertos medios eclesiásticos; pero ella no engaña a la gran mayoría del pueblo, que cada vez más se distancia de ella”.

Quo vadis, Domine?

Al concluir su Mensaje Don Bertrand, con la elevación de lenguaje y de sentimientos propia de un verdadero Príncipe católico, expresa al Papa Francisco:

“Vuestra Santidad, actuando con calculada prudencia, va definiendo de a poco los rumbos de su pontificado. Es natural que los fieles acompañen con atención los pasos que van siendo dados en ese sentido.

“Delante de las inevitables perplejidades que todo cambio de rumbo naturalmente produce, se comprende que muchos hagan, en el interior de sus corazones, la pregunta que, según la leyenda, el propio San pedro hizo cuando, huyendo de la persecución de Nerón, encontró a Jesucristo que venía en sentido contrario: Quo vadis, Domine? — Adonde vais, Señor?

“Al oír la respuesta de Nuestro Señor, de que se dirigía a Roma para ser nuevamente crucificado, San Pedro entendió que el momento había llegado de que él mismo sufriese el martirio. Y, así, se sometió al suplicio con gran humildad, pidiendo a los verdugos que lo crucificasen de cabeza hacia abajo — según una piadosa tradición — porque no se consideraba digno de que su muerte igualase en todos los pormenores a la de Cristo.

“Así, en vista de los hechos detalladamente descritos arriba, y de las perplejidades suscitadas por ellos, un fiel podría ser llevado a dirigir al Papa Francisco idéntica pregunta — Quo vadis, Domine?”

¿Sería legítimo hacerlo? ¿En qué condiciones?

“El Código de Derecho Canónico consagra, en el canon 212 § 3, el pleno derecho de todo fiel a la respetuosa exposición de su opinión, en esa o en otras materias. ’Los fieles ...tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas’. [27]

“Lo hago, pues, en este REVERENTE Y FILIAL MENSAJE, convencido de que Su Santidad recibirá la presente manifestación con paternal benevolencia, y como una leal contribución para el éxito de su excelsa misión en el gobierno de la Santa Iglesia.

“Reafirmando una vez más mi obediencia amorosa y sin restricciones, no sólo a la Santa Iglesia sino al Papa, en todos los términos preceptuados por la doctrina católica, pido a Nuestra Señora Aparecida, Reina y Patrona del Brasil, que ilumine a Vuestra Santidad y ayude a todos los católicos latinoamericanos a permanecer fortes in fide, en sus convicciones católicas y en su rechazo al extremismo de izquierda, de manera que esta Tierra de Santa Cruz continúe a ser cada vez más, junto con las naciones hermanas de la América Española, el Continente de la Esperanza, bajo las bendiciones de su querida Patrona, Nuestra Señora de Guadalupe.

“Besando el anillo del Pescador, pido humildemente la Bendición Apostólica,

in Jesu et Maria

Bertrand de Orleans e Bragança

São Paulo, 8 de febrero de 2014”







[4Papa Francisco apoia luta pela terra, http://www.mst.org.br/node/15560

[13PÍO XI, Carta Encíclica Divini Redemptoris, del 19 de marzo de 1937, § 58.

[17LEÓN XIII, Encíclica Graves de Communi, de 18 de ene de 1901.

[18Cfr. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA, Revolución y Contra-Revolución, Parte I, cap. VII, 3.

[19Dijo el Cardenal: “Se va constituyendo una dictadura del relativismo que nada reconoce como definitivo y que deja como última medida apenas el propio yo y sus voluntades” (Homilía en la Missa Pro Eligendo Romano Pontifice, 18 de abril de 2005), http://www.vatican.va/gpII/documents/homily-pro-eligendo-pontifice_20050418_po.html

[20LEÓN XIII, Encíclica Immortale Dei, del 1° de noviembre de 1885.

[21SAN PÍO X, Carta Apostólica Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910, § 11.

[23Ibid., § 9 e 10.

[25Notícias Agroinvvesti, 17 de junho de 2011, CLEBER BORDIGNON, Agronegócio, um mundo de oportunidades, http://www.agroinvvesti.com.br/?menu=noticias&id=907

[26Notícias CNA, 2 de noviembre de 2011, Brasil e EUA: grandes potências para alimentar o mundo.

[27Código de Derecho Canónico, Libro II, Parte I, Título I, http://www.vatican.va/archive/ESL0020/__PT.HTM.





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