Primera vuelta: Uribe-Santos, los grandes ganadores; la izquierda y las encuestadoras, los grandes perdedores
Una primera vista del resultado de las elecciones presidenciales colombianas muestra que el anunciado "empate técnico" entre los candidatos Juan Manuel Santos, del partido del presidente Álvaro Uribe, y Antanas Mockus, del Partido Verde, no pasó de un wishful thinking de las empresas de sondeos. Santos arrasó con todos sus rivales, obteniendo el 46,5% de los sufragios, más del doble de los obtenidos por su inmediato seguidor, Mockus. Este, un extravagante paladín de la revolución cultural, apenas obtuvo 21,5%, mientras que la izquierda aglutinada en el "Polo Democrático", que en el 2006 había conseguido una votación significativa (casi 2.600.000 votos), ahora perdió el 50% de su caudal, y no llegará al millón y medio de sufragios. Con ello cae al cuarto lugar, cediendo el tercero a la coalición centrista Cambio Radical.
Ello hace prever un triunfo cómodo de Santos en la segunda vuelta, el 20 de junio. Los colombianos mostraron que desean la continuidad del programa de seguridad y firmeza en el combate a la narcoguerrilla marxista, exitosamente llevado a cabo por Uribe, de quien Santos fuera ministro de Defensa. Un dato digno de nota es que Mockus -tal como le ocurriera en 1992 en el Perú al derrotado candidato presidencial Mario Vargas- perdió la confianza del electorado al no responder afirmativamente si creía en Dios: "No me la ponga tan difícil", le contestó al periodista. Y la católica Colombia no se lo perdonó...
Al lado de la izquierda, las otras grandes perdedoras fueron las encuestadoras. Como ya ocurriera en varias elecciones europeas y norteamericanas recientes, sus proyecciones distorsionaron la realidad de manera delirante a favor del candidato más revolucionario, como forma de presión psicopublicitaria sobre el electorado. Pero esta presión artificial, aparte de ineficaz fue contraproducente, porque mostró hasta qué punto las empresas de sondeos carecen de credibilidad, habiéndose transformado, en muchos casos, en manipuladoras de datos subordinadas a intereses político-ideológicos.
En resumen, y antes de entrar en análisis más detallados, el retroceso de las izqueridas en el hemisferio continúa: Panamá, Honduras, Chile y ahora Colombia. Un dato esperanzador para quienes confíamos en el futuro de grandeza cristiana que la Providencia reserva para América Latina.
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