Agorafobia, miedo a las alturas. Claustrofobia, miedo a espacios cerrados. Homofobia, miedo a los homosexuales. ¿Cómo no tenerles miedo? Hace poco en la Catedral de San Juan, Argentina, los abortistas y homosexuales agredieron brutalmente a los jóvenes que protegÃan la catedral con las manos entrelazadas y rezando el Rosario. Y podrÃa alargarme infinitamente enumerando las agresiones homosexuales.
Se necesita ser muy torpe para afirmar que la Iglesia odia a los homosexuales cuando lo que establece es que los católicos los tratemos con respeto y consideración, y que no los discriminemos injustamente (Catecismo 2358).
Agorafobia, miedo a las alturas. Claustrofobia, miedo a espacios cerrados. Homofobia, miedo a los homosexuales. ¿Cómo no tenerles miedo? Hace poco en la Catedral de San Juan, Argentina, los abortistas y homosexuales agredieron brutalmente a los jóvenes que protegÃan la catedral con las manos entrelazadas y rezando el Rosario. Y podrÃa alargarme infinitamente enumerando las agresiones homosexuales.
Se necesita ser muy torpe para afirmar que la Iglesia odia a los homosexuales cuando lo que establece es que los católicos los tratemos con respeto y consideración, y que no los discriminemos injustamente (Catecismo 2358).