Cuando, en un debate de ideas y principios institucionales, una de las partes se lanza a los ataques personales y a juzgar intenciones de la otra parte, es porque se le agotaron los argumentos y está perdido.
Fue lo que le pasó al Rector de la PUCP Marcial Rubio, con su obsesivo "rollo" de que el decreto de la Santa Sede que le retira los títulos de Pontificia y Católica "persigue un interés crematístico" (o sea monetario), y de que el Cardenal Cipriani es movido por "un interés económico" (ver ’Correo’ del 25/07/12, pág. 9).
Pero Rubio, marxista fundador del Partido Socialista Revolucionario del Perú, y sus camaradas saben bien que lo que se juega en el caso es otra cosa, mucho más importante, una cuestión ideológica de fondo: la identidad católica de la Universidad, que ellos quieren diluir hasta su extinción. La obsesión con el tema económico es una cortina de humo, para desviar el debate de esa cuestión absolutamente esencial.
Cuando, en un debate de ideas y principios institucionales, una de las partes se lanza a los ataques personales y a juzgar intenciones de la otra parte, es porque se le agotaron los argumentos y está perdido.
Fue lo que le pasó al Rector de la PUCP Marcial Rubio, con su obsesivo "rollo" de que el decreto de la Santa Sede que le retira los títulos de Pontificia y Católica "persigue un interés crematístico" (o sea monetario), y de que el Cardenal Cipriani es movido por "un interés económico" (ver ’Correo’ del 25/07/12, pág. 9).
Pero Rubio, marxista fundador del Partido Socialista Revolucionario del Perú, y sus camaradas saben bien que lo que se juega en el caso es otra cosa, mucho más importante, una cuestión ideológica de fondo: la identidad católica de la Universidad, que ellos quieren diluir hasta su extinción. La obsesión con el tema económico es una cortina de humo, para desviar el debate de esa cuestión absolutamente esencial.