Quien tenga un mÃnimo de seriedad queda estupefacto al ver cómo se forja una "encuesta" fraudulenta y sesgada como la que publicó "La República" del 28 de mayo, encomendada por el mismo diario, a propósito de la sanción del Arzobispado al P. Garatea.
La seudo-encuesta hace dos preguntas sobre el tema: 1) Si el encuestado "ha escuchado" que el Cardenal suspendió de uso de órdenes al sacerdote; 2) Si "está de acuerdo" con la medida arzobispal, o sea con lo que "ha escuchado" del caso.
Quien tenga un mÃnimo de seriedad queda estupefacto al ver cómo se forja una "encuesta" fraudulenta y sesgada como la que publicó "La República" del 28 de mayo, encomendada por el mismo diario, a propósito de la sanción del Arzobispado al P. Garatea.
La seudo-encuesta hace dos preguntas sobre el tema: 1) Si el encuestado "ha escuchado" que el Cardenal suspendió de uso de órdenes al sacerdote; 2) Si "está de acuerdo" con la medida arzobispal, o sea con lo que "ha escuchado" del caso.
Pero EN NINGÚN MOMENTO PREGUNTA LO ESENCIAL: SI EL ENCUESTADO CONOCà A DEBIDAMENTE LAS CAUSAS DE LA SANCIÓN AL SACERDOTE, es decir, los serios errores doctrinarios en materia moral (sobre homosexualismo, aborto, contracepción, etc.), en que éste incurrió, justificando esa medida. Pues si no las conocÃa, su respuesta simplemente no vale nada.
Faltando esa pregunta, debemos concluir que se trató de una "encuesta" de mala fe, "arreglada" y absolutamente inválida desde el punto de vista técnico; es decir, propia de profesionales... de la mentira.