Las tempestades que asolaron este año la costa este de los EE.UU. causaron ingentes daños materiales y también numerosas pérdidas de vidas.
No obstante, la inmensa capacidad destructiva de esos fenómenos naturales nada fue, frente a otro poder incomparablemente mayor: el de la Santísima Virgen.
Es lo que sostienen los habitantes de la ciudad de Dover, en el estado de Nueva Jersey, alcanzada por una inesperada tempestad en la noche de nueve al diez de junio de este año.
Sin duda uno de nuestros santos más populares y queridos, que por sus cualidades, virtudes y hechos extraordinarios es también el más ilustre de los peruanos. Las circunstancias adversas de su origen —nacido de la unión ilícita de un hidalgo español, Don Juan de Porres, con Ana Velásquez, negra liberta— no fueron obstáculo para que la Divina Providencia lo colmara de virtudes y dones naturales y sobrenaturales.