ACUERDOS CON LAS FARC

Católicos colombianos piden a los obispos: ¡Rechacen los acuerdos de La Habana!

Miles de firmas de católicos colombianos, afligidos por el peligro que se cierne sobre su Patria amenazada de ser entregada al comunismo si se aprueba el Acuerdo con las FARC en el plebiscito, han sido entregadas en la Secretaría de la Conferencia Episcopal de Colombia y puestas a disposición de todos los obispos del país, bajo el título “Reverente y filial petición a los obispos de Colombia: ¡Rechacen los acuerdos de La Habana!”.

Con esta iniciativa, que incluye cartas del mismo tenor enviadas a cada uno de los prelados, el CENTRO CULTURAL CRUZADA ha venido realizando ingente esfuerzo para esclarecerlos de que, en “los acuerdos de la Habana no se realiza una propuesta de paz, sino una verdadera rendición a las metas comunistas y anticristianas de las FARC”. Sigue el texto de la carta:

Señores obispos:

Como Director del Centro Cultural Cruzada me dirijo respetuosamente a V. E. para darle a conocer la carta titulada “Reverente y filial petición a los obispos de Colombia: ¡Rechacen los acuerdos de La Habana!” que millares de colombianos firmaron, afligidos por el peligro que se cierne sobre la Patria amenazada de ser entregada al comunismo si se aprueba el Acuerdo con las FARC en el plebiscito. Las firmas quedan a su disposición en la Secretaría de la Conferencia Episcopal Colombiana.

La lectura del Acuerdo, a medida que los colombianos vamos conociendo los términos hasta hace poco secretos, confirma el temor que siempre tuvimos los firmantes, de que no se trata de una propuesta de paz, sino de una verdadera rendición a las metas comunistas y anticristianas de las FARC.

La radicalidad de las exigencias del grupo terrorista y la condescendencia con ellas de los tres Poderes del Estado implica la destrucción total de los pilares básicos de la Civilización Cristiana, con un rigor que sorprende y que no ha tenido parangón en toda nuestra historia. Es una nueva Colombia, una nueva mentalidad, una nueva visión del universo que abarca todos los aspectos de la existencia del hombre, que precipitaría al País al abismo de un estado de cosas caótico, contrario a los diez Mandamientos de la Ley de Dios y al Orden Natural.

En efecto, de ser implementado el Acuerdo Final, destruiría nuestro actual orden jurídico para dar lugar a la “balcanización” del país, acabando con la unidad territorial de la Nación, dividiéndola en centenas de “republiquetas soberanas”, pero a menudo discrepantes entre sí. A su vez, el lanzamiento de la “Reforma Rural Integral”, copia exacta de la legislación agraria cubana, destruirá el derecho de propiedad privada, distribuirá las mejores tierras del país, después de expropiarlas, en comunidades autogestionarias, en las cuales el todo colectivo someterá a los respectivos miembros en régimen de semi-esclavitud.

Igualmente grave será la implementación del “enfoque de género”, mencionado 144 veces a lo largo del Acuerdo Final, del cual constituye su eje transversal. Normará todas las actividades del hombre al “buen vivir”, en que la ideología de género implantará un concepto de vida igualitario en todos los campos, destruyendo la familia y dando condiciones preferentes a las minorías amorales.

Como si lo anterior fuera poco, las FARC controlarán los organismos de seguridad e inteligencia del Estado, las Fuerzas Armadas y la Policía, para impedir que los paramilitares cometan crímenes en especial contra las mismas FARC. Pero como a menudo éstas acusan de “paramilitares” a todos los que se oponen a ellas, es probable que éstos sean criminalizadas como cometiendo delito de opinión.

Los colombianos, por fin, vemos con sorpresa la precipitación con que se planeó el plebiscito, sin garantías para la oposición, sin tiempo para asimilar la envergadura de la rendición e impeliendo al País a aceptar una falsa paz por miedo a la amenaza de la guerra, pues aquella deja de ser considerada como la tranquilidad en el orden –la Paz de Cristo dentro del Reino de Cristo– como nos ha enseñado la Iglesia, sino como el sometimiento de la población a los desplantes de las FARC.

Ante las dramáticas circunstancias que resumimos aquí, los firmantes anhelamos escuchar la voz sabia y orientadora de los Pastores, advirtiendo al País del lobo rojo que embiste y señalando la necesidad de organizar una defensa, lejos de las corrientes marxistas de la Teología de la Liberación que buscan encadenar las conciencias con falacias de un perdón incondicional al enemigo que después nos oprimirá, o de algunos párrocos confundidos que usaron el púlpito para neutralizar las resistencias por medio de un optimismo a toda prueba.

La falacia que afirma que es necesario perdonar, aun sin exigir arrepentimiento, porque la nobleza del perdón desarmaría al enemigo e impediría que éste hiciese muchas exigencias, es indefendible, pues no distingue entre los principios negociables y los no negociables, imponiendo drásticamente a todas las víctimas del terrorismo y a los colombianos en general que no exijan justicia, ni arrepentimiento, ni reparación, ni sentencias contra el crimen y ni siquiera la obligación de que los terroristas, al pacificarse, entreguen las armas.

Así, ¿cómo entender la neutralidad anunciada por la Conferencia Episcopal entre el Sí y el No cuando el país es impelido a que se precipite a un abismo moral dando la victoria al Sí en el plebiscito, pese a todos los peligros que esto significa?

Esta carta la escribo con espíritu filial, recordando el derecho que la Lumen Gentium otorga a los fieles con relación a sus Pastores: “Todos los laicos deberían revelarles (a los Pastores) sus necesidades y deseos con esa libertad y confianza que corresponde a un hijo de Dios y a un hermano de Cristo” (Parr. 37).

Con la esperanza de que este pedido sea atendido por el bien de la Colombia católica, me suscribo, encomendándome a sus oraciones y rogando su bendición.

In Jesu et Maria

Luis Fernando Escobar Duque

Centro Cultural Cruzada


Teléfono (4)417 4505 / Celular 301 2061112
centro.cultural.cruzada@gmail.com
Medellín – Colombia

Millares de colombianos firmaron la petición del C.C. Cruzada a los obispos: ¡Rechacen los acuerdos de La Habana!”.
El Centro Cultural Cruzada en las calles de Medellín alertando a la opinión pública contra los acuerdos con las FARC.

Publicado en El Tiempo (Bogotá), el 28 de setiembre de 2016, pag. 7.









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Mensajes

  • Respetados señores,

    Si bien es cierto que la Iglesia -y me refiero muy específicamente a los obispos y al clero- no debe hacer política, también es cierto que su deber pastoral la lleva a velar por la salvaguarda de la grey que le ha sido encomendada por Cristo. Esto implica que si, bajo una descarada manipulación de los medios de información, el pueblo cristiano engañado por una errada presentación de lo que muestran como paz, termina abriendo las puertas a un régimen marxista, que por definición es TOTALMENTE ANTICRISTIANO, la Jerarquía debe pronunciarse dura y enfáticamente. Este no es el momento de la actuación "políticamente correcta", hay que seguir el ejemplo clarísimo de Cristo, que nunca dejó de señalar con claridad lo que estaba mal, sin importar si entre el público estaban quienes le perseguían.
    Este es el momento de actuar con valentía y liderar al pueblo desde todos los púlpitos. Mañana nos jugamos el país..., que no sea que el fracaso se deba a la falta de coherencia o acción de parte de todos los cristianos...., somos mayoría!
    Lo último, que es en realidad lo primero: Rezar! Sigamos muy unidos a nuestra Madre del Cielo, ella ha protegido a sus hijos siempre. Dos ejemplos: (1) Lepanto, en 1571 (http://www.corazones.org/diccionario/lepanto.htm) y (2) Austria, en 1955 (http://españademaria.es/500-000-austriacos). Pidámosle a la Santísima Virgen que guíe a Colombia y a sus gobernantes por las sendas de la justicia y la paz verdaderas.
    Dios los bendiga!

  • (Fracazo de Francisco y de la teologia de la liberación, Colombia y América quieren una paz de verdad)
    "Quiero ir a América cuando el proceso de paz si se cumpla, yo quiero ir cuando todo esté blindado, cuando sí gana el plebiscito, todo esté seguro, seguro y no pueda ver una vuelta atrás", anunció.
    “He dicho que si sale el proceso de paz, sí que voy a Colombia”, dijo el papa argentino.
    fuente:el comercio

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