CAE LA MÁSCARA

Teólogos de la Liberación revelan secretos de la nueva religión verde

Genesio Boff (a.“Leonardo”), cada vez más parecido a Marx,espiritual y físicamente...

Antes de renegar formalmente de la fe católica, el ex fraile franciscano brasileño Genesio Boff (a.) “Leonardo” era uno de los principales exponentes de la Teología de la Liberación.

Esa corriente eclesiástica revolucionaria ha caído hoy en el mayor descrédito. Para intentar revivirla, surge ahora una versión reciclada y remozada de la misma, con tonos acentuadamente verdes y panteístas: es la eco-teología marxista. Y Boff reaparece en el escenario como su exponente máximo.

La Tierra, una “gran pobre”, “oprimida”, que “grita”...

Esta rentrée del ex franciscano —ahora protestante— hace parte de un colosal esfuerzo de reingeniería para revivir al decrépito marxismo, amalgamando los postulados más extremos de esta ideología con los dogmas básicos del ambientalismo radical. De esa mezcla emerge una confusa doctrina que, bien analizada, es sencillamente otra religión.

¿Cuál es su contenido? El propio Boff se encargó de proporcionar algunos avances de esta nueva y a la vez vieja teología de la liberación roja y verde, según noticia la agencia ACI/.

La ocasión fue el “Congreso Continental de Teología”, realizado bajo los auspicios de la universidad jesuita UNISINOS en San Leopoldo (sur del Brasil), del 7 al 11 de octubre pasado, que reunió a la nata de los teólogos liberacionistas. Allí el ex fraile definió algunos de los parámetros clave de esta teología eco-marxista.

Comenzó por recordar lo básico: la “marca registrada” de la teología de la liberación es “la opción por los pobres, contra la miseria y la opresión”, en el contexto de la lucha de clases. Hasta ahí, nada nuevo: es la gastada cantilena revolucionaria de siempre.

La gran novedad es que en esa palabrería, Boff introduce el componente verde. A más de un lector, las frases que reproducimos abajo le parecerán producto de algún delirio, o una mezcla inconexa de palabras causada accidentalmente por algún programa informático. Pero no: ¡es lo que el ex fraile piensa y dijo realmente!

Veamos:Dentro de esta opción por los pobres —afirmó Boff— se debe introducir al gran pobre que es la Madre Tierra, que es la Pachamama, es la Magna Mater, es la Tonantzin, es la Gaia, es la gran pobre devastada y oprimida.

Y para disipar cualquier duda insistió: “No sólo los pobres gritan; gritan las aguas, gritan los árboles, gritan los animales, gritan los vientos; la tierra grita”.

Un “calamar gigante” reemplazará al hombre sobre la Tierra

¿Y qué es lo que la “pobre” Tierra grita? – Un grito de nueva lucha de clases, según la religión verde: es la lucha del planeta “oprimido” contra el ser humano “opresor”. Y su desenlace, según el eco-teólogo, podrá ser que “este organismo que llamamos Tierra y del que formamos parte”, en cualquier momento pueda “expulsarnos como si fuéramos células cancerosas”. Sería, entonces, la extinción de la humanidad.

Pero no nos preocupemos, Boff tiene la solución para el caso: él ya sabe quién suplantará al hombre cuando éste desaparezca: “Según el ’ecoteólogo’ la «Madre Tierra» estaría preparando un nuevo ser capaz de «soportar el espíritu» que no sería otro que un calamar gigante.

Calamar gigante habitado por el “espíritu” substituiría a la humanidad, que seria expelida de la Tierra: delirios panteístasde la “ecoteologia” o nueva “religión verde”

La Tierra, entonces, se convertiría no en el “planeta de los simios” del recordado filme, sino en el planeta de los calamares gigantes inteligentes... ¡¡¡Qué tal raza, qué tal “teología”!!!

Semejante disparate suscita de inmediato la risa y provoca dejar la lectura. Este ser que evoca a ciertos dioses de la India, mezcla de hombre y bestia, estaría bien cerca de ciertas representaciones demoníacas clásicas. Sería un singular avatar generado por las entrañas del averno material, pero habitado por un “espíritu” venido de no se sabe dónde.

¿La Tierra es capaz de pensar, sentir y amar?...

Pero en esto, que parecen devaneos de demencia senil —los teólogos de la liberación ya tienen todos edad de ingresar a algún geriátrico...— hay una lógica: Boff cree que “el universo es autoconsciente”, y que ese “organismo” llamado Tierra “comenzó a pensar, sentir y amar”  [1]; o sea, que el cosmos y nuestro planeta serían seres vivos y pensantes, como cualquier humano.

Aquí se revela la doctrina de fondo de la Teología de la Liberación: es la vieja gnosis, a la vez panteísta y atea; la antigua religión del demonio que niega la existencia de un Dios Creador, personal y distinto de los seres creados, y sostiene que sólo existe una divinidad fragmentada y difusa esparcida por la naturaleza, incorporada e inmanente en ella.

Ese devaneo panteísta lleva al ex fraile a entender a Dios Uno y Trino, no como el Ser absoluto, sino como “la gran energía fundamental” impersonal. ¿Qué duda cabe de que estamos frente a otra religión, opuesta per diametrum a la fe en Jesucristo?

Y a la Tierra, Boff la ve como una “Madre” cruel que exterminaría la humanidad para liberar al “espíritu” que reside en sus profundidades, una especie de dios-demonio repulsivo. Ese exterminio sería necesario para rescatar a la “Madre Tierra” que “está crucificada, hay que bajarla de la cruz, como lo hemos hecho durante décadas con los pobres”.

Lo increíble es que, a pesar de profesar esa creencia radicalmente anticristiana, el apóstata Boff se autodefine “eco-teólogo de matriz católica” y a ese título defiende, con acentos mesiánico-subversivos, que “el grito de la tierra es el grito de los pobres, y el grito de los pobres es el grito de la tierra, nuestra Madre Tierra”.

En otras palabras, él es marxista porque es ambientalista y es ambientalista porque es marxista. Serían las dos caras de una misma moneda

El ex fraile pidió incluso revisar el concepto de Revelación, con el argumento de que hay muchas revelaciones de Dios en la historia. Por lo tanto, se debería abandonar la idea de convertir a los paganos. Dios siempre llega antes que los misioneros y siempre actúa antes que ellos”, explicó. Es la visión comuno-tribalista lírica, según la cual los pueblos primitivos ya “viven el Evangelio” porque están en “comunión con la naturaleza”, y por eso son mejores que los civilizados.

Otra religión, el credo de la Revolución anticristiana

Las seudo revelaciones paganas, antes atribuidas al demonio, serían ahora mensajes emanados de la Tierra pensante. Y en consecuencia, el “catolicismo actual” sólo merecería sobrevivir si se reformulara y entrase en armonía con esa especie de divinidad que es la “Madre Tierra”, a la cual el apóstata Boff y otros teólogos de la liberación aggiornati se jactan de estar revelando al género humano [2].

* * *

Entre los asistentes al evento en San Leopoldo no podía faltar el inefable dominico peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la teología marxista de la liberación. Estuvieron también el jesuita español Jon Sobrino, sancionado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2007, por “falsear la figura del Jesús histórico”  [3], y el Obispo de Jales (Brasil), Mons. Luis Demetrio Valentini, conocido por haber criticado la oposición de obispos católicos del Brasil al programa abortista de Dilma Roussef, y por recibir homenajes de la masonería [4]. Qué selecta concurrencia...

El obispo brasilero Mons. Demetrio Valentini, discursa en una logia masónica donde fue homenajeado.

¿Conclusión? La Teología de la Liberación se arranca la máscara de católica, y deja ver lo que realmente es: una nueva religión, radicalmente igualitaria y gnóstica, la religión de la Revolución anticristiana.











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Mensajes

  • "... tienen todos edad de ingresar a algún geriátrico..."
    Parece que ser viejo es sinónimo de desvarío.
    Olvida el autor de este artículo que en las más nobles tradiciones, los viejos son venerables, son rica veta de sabiduría.
    Los "teólogos" de la liberación no desbarran por viejos, sino por tener sus cerebros atrofiados desde cuando eran jóvenes.
    ¡Más respeto por la edad avanzada!

    • Agradecemos sus observaciones. Pedimos ponderar que en la frase aludida, el autor no quiso ironizar sobre la edad avanzada de los ideólogos y caudillos de la TL, sino resaltar que tales corrientes están decrépitas: han fracasado en conseguir nuevos líderes, no tienen renovación generacional, y los jóvenes que serían su masa de maniobra no tienen "llama" revolucionaria. Por eso, si cuenta sólo con su dinamismo propio, la TL morirá con sus actuales representantes (puede verse una observación similar del autor en otro artículo suyo: http://www.tradicionyaccion.org.pe/tya/spip.php?article207).
      De ahí la alusión al "geriátrico" y a la enfermedad de "demencia senil", como forma de ironizar sobre las alucinaciones ideológicas del ex franciscano, sin la menor intención de denigrar a las personas de edad, entre las cuales el autor se honra en contarse.

  • Entre los asistentes a esta reunión payasesca, ridículamente llamado Congreso Continental de Teología, faltó mencionar al jesuíta colombiano Carlos Novoa, hereje, proabortista y "teólogo" de la liberación, proveniente de la "Pontificia" Universidad Javeriana.

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