ANÁLISIS

La izquierda peruana, entre la desesperanza y la aventura

La izquierda peruana no escapa a la crisis de sus similares ideológicos del mundo entero. Tres episodios ocurridos en este comienzo de 2012 atestiguan bien la dimensión de esa crisis.

Intentos revolucionarios, categórico rechazo popular

1. En la primera semana del año, ex integrantes y simpatizantes de Sendero Luminoso solicitaron la inscripción de un partido político, el Movadef, que profesa —escondido detrás de una fachada de generosas propuestas de amnistía general— el “marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo”. Inmediatamente ese intento levantó un vehemente clamor de rechazo ciudadano, que alcanzó al Jurado Nacional de Elecciones porque este anuló la resolución inicial del Registro de Organizaciones Políticas (ROP) que no admitió la inscripción de los neo-senderistas.

Felizmente el 20 de enero el ROP ratificó su negativa, lo que probablemente dejará a los secuaces de Abimael definitivamente fuera del juego electoral, con el alivio y el beneplácito de la abrumadora mayoría del país.

2. Paralelamente estallaba el caso Chavín de Huántar. Desde hace tiempo organizaciones de la izquierda política, mancomunadas con ONGs de “derechos humanos”, confabulaban para enjuiciar por supuesta violación de DD. HH. a los comandos que en 1997, rescataron en una memorable operación relámpago, a decenas de rehenes del MRTA secuestrados durante 4 meses en la residencia del Embajador del Japón. Esa intención persecutoria, con fuerte sabor de represalia ideológica, era patrocinada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Y culminó hace pocas semanas, cuando la CIDH dio el paso de declarar nulo un fallo del fuero militar favorable a los comandos, y exigió un nuevo juicio en el fuero civil.

De "Carlos Lavida" en El Otorongo - Diario Perú 21

Pero sucede que hay antecedentes de que la CIDH ha jugado en pared con la Corte IDH, presidida por el notorio exponente de la “caviaridad” peruana Diego García Sayán, para favorecer a procesados por terrorismo. La larga historia de doble juego de ese organismo y su actual presidente a favor de los senderistas fue expuesta en un contundente artículo de Rafael Rey. “Caviares, CIDH y Comandos” [1] , al que siguió un elocuente silencio izquierdista.

Aunque el episodio no ha concluido, lo cierto —y lo más interesante del caso— es que según encuesta de Ipsos-Apoyo del 14 de enero, la pretensión de iniciar un nuevo proceso a los comandos es rechazada masivamente por la población peruana (67%), que además desconfía de las ONGs de DD HH [2] , precisamente por su notorio sesgo izquierdista.

3. También en enero comenzaron varias iniciativas ciudadanas para obtener la revocatoria de la alcaldesa de Lima, la militante de izquierdas Susana Villarán. En pocos días ya se alcanzó el 25% de las 400 mil firmas exigidas por ley para dar proseguimiento al proceso. Lo llamativo del caso es que, al enjuiciar la pésima administración de la alcaldesa, los limeños enjuician ipso facto su ideología extremista, incluyendo su adhesión a la revolución cultural neomarxista.

Cuando la realidad pasa factura a la utopía…

De hecho, en el movimiento político de la Sra. Villarán, Fuerza Social, convergen —como siempre de manera solapada, para no ahuyentar a un electorado mayoritariamente conservador— varias ideologías anticristianas: el marxismo clásico con sus variantes religiosas, las “teologías” revolucionarias; el homosexualismo; el apoyo a las causas feministas-abortistas, etc. Así, tan luego asumió el cargo, la alcaldesa intentó dar un “salto cualitativo brusco” revolucionario, patrocinando un proyecto tiránico de ordenanza contra la libertad de conciencia elaborado por un regidor de su partido, que obligaba a aceptar conductas homosexuales en recintos privados abiertos al público, bajo penas de multa y clausura de locales. Pero una reacción popular inmediata e incontenible, que Tradición y Acción contribuyó a generar, obligó a volver atrás en esta pretensión. Desde entonces la desaprobación a la gestión de la Sra. Villarán no ha cesado de crecer, hasta alcanzar niveles de rechazo sin precedentes: 85% en enero (94% en los estratos más bajos) [3] .

De "Andrés" en El Otorongo - Diario Perú 21

No sabemos cuál será el desenlace de este proceso revocatorio. Pero desde ya podemos sacar una lección, que el sentido común del pueblo “olfateó” de inmediato: los ideólogos revolucionarios son irremediablemente ineptos como administradores, por la simple razón de que la utopía y la realidad cotidiana son antagónicas. Demasiado apegados a fórmulas cerebrinas y afanados en promover a como dé lugar la revolución cultural (Villarán llegó a jactarse de haber encabezado en persona la raquítica “marcha del orgullo homosexual” en Lima), la alcaldesa y su equipo fueron incapaces de afrontar los problemas reales y concretos de la ciudad. Y ahora la realidad les pasa la factura…

¿Aventura revolucionaria, una salida?

Otra conclusión evidente: tres jugadas arriesgadas de la izquierda peruana, seguidas de tres rechazos masivos y contundentes de la población, marcan este comienzo de 2012, e indican sin duda un definido rumbo de opinión, siguiendo una tendencia mundial.

¿Qué salida intentarán las fuerzas revolucionarias? Si la batalla por la opinión pública continúa a serles adversa, la salida más probable será la aventura: generar escenarios de caos, a nivel nacional como internacional. Por ejemplo, en la Universidad de San Marcos el proselitismo senderista ya campea otra vez abiertamente; asimismo el presidente regional de Tumbes, Gerardo Viñas —ex terrorista condenado a prisión por el asesinato de un policía y amnistiado en 2001 por el mencionado García Sayán, entonces ministro de Justicia— reclama la excarcelación del Camarada Gonzalo, alegando que es un anciano que sufre en la cárcel” [4] .

El argumento es de un sentimentalismo irracional y ridículo: ese "sufrimiento" ¿es inmerecido o merecido? ¿La orgía de sangre que SL desató por todo el país no lo justifica sobradamente? ¿Viñas siente pena del victimario, pero no de las víctimas? ¿Se conmueve por el genocida, pero no por las 30 mil peruanos asesinados a mansalva por los criminales bajo su mando? ¿Excarcelar a Guzmán no sería un ultraje a la memoria de esas víctimas inocentes? ¿Los terroristas ancianos deben salir de la cárcel, sólo por ser ancianos? ¿Y qué ocurriría en el país si este genocida sale en libertad?

No olvidemos que la meta de todas las fuerzas revolucionarias es la anarquía, el anti-orden. Y los católicos debemos estar preparados para levantar, a todo momento y de manera siempre pacífica y legal, la bandera del orden y la civilización cristiana, representada por los valores perennes de la Tradición, la Familia y la Propiedad.

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