EL LENGUAJE QUE LOS CATÓLICOS ANHELAN OÍR

Palabras de un Prelado que iluminan y reconfortan...

Señal de los tiempos: un obispo brasileño, Mons. Luis Gonzaga Bergonzini, expone con meridiana claridad la doctrina de la Iglesia frente a la nueva revolución anarco-sexual. Sus valientes y orientadoras palabras merecen ser conocidas de todos los peruanos.

Instituto Plinio Corrêa de Oliveira promueve conferencia de obispo paulista sobre el aborto

“La cultura de la vida contra la cultura de la muerte” fue el tema de la conferencia pronunciada el pasado 20 de junio por Mons. Luis Gonzaga Bergonzini, obispo de la pujante ciudad de Guarulhos, limítrofe con São Paulo.

Promovido por el Instituto Plinio Corrêa de Oliveira, como parte de sus actividades en defensa de la Tradición, la Familia y la Propiedad, el evento congregó a más de 300 personas que colmaron el prestigioso auditorio del Colegio y Facultad San Benito, en el centro de la capital paulista, y fue transmitido en vivo por internet.

Componían la mesa de honor, además del conferencista, el renombrado arquitecto y empresario Adolpho Lindenberg, Presidente del Instituto Plinio Corrêa de Oliveira, el Príncipe Don Bertrand de Orleans y Braganza y el Abad del Monasterio de San Benito, Don Matías Tolentino. El Arq. Lindemberg presentó al obispo, ya ampliamente conocido del público brasileño a causa de su valiente posición en la polémica sobre el aborto durante la contienda electoral del año pasado, y por la promoción de la Campaña São Paulo por la Vida, una petición popular para modificar la Constitución de dicho Estado, en defensa de la vida y contra el aborto.

“La paz de Cristo no es una ausencia de guerra”

El obispo abordó con claridad y sin medias tintas puntos neurálgicos del debate actual. Comenzó explicando que la paz que nos da Nuestro Señor Jesucristo no significa ausencia de guerras ni de problemas, sino que es la paz de quien está en orden con Dios. “Es imposible estar bien con el prójimo si no estamos bien con Dios”, dijo el prelado, argumentando enseguida que esa es la paz que debe servir de brújula a nuestras acciones.

La Iglesia y la política – “Nuestra ley es el Evangelio”

Para Mons. Bergonzini, el problema de los partidos políticos es que “al contrario de intentar lograr el bien común, promueven el bien del partido. Debemos distinguir partido político de política. ¡Todo ser humano es político! (…) Hasta un niño es político. Está en la naturaleza humana. ¿Que la Iglesia no tiene derecho de hacer política? ¡La Iglesia tiene el deber de hacerla! Como ciudadano yo tengo el derecho, y como Obispo, como cristiano, tengo el deber de hacer política, el deber de ser político. No partidario. No seguidor de una sigla. ¡En nuestro partido, el dirigente es Jesucristo y nuestra arma, nuestra ley, es el Evangelio!”.

“La Iglesia Católica, como defensora del Evangelio, tiene el derecho de orientar a sus fieles según sus preceptos: orientándolos, mostrando donde están los errores, no teniendo temor de señalar las fallas... no acomodarse. Lamentablemente, muchas veces nos acomodamos a la situación”, lamentó el Obispo. Sobre el mandamiento divino “id y enseñad”, Mons. Bergonzini explica que Nuestro Señor no se refiere sólo a las verdades de la Fe, sino a “todo aquello que se relaciona con la Fe. Enseñar lo que es correcto, condenar aquello que está errado, advertir a la persona que yerra, procurar corregirlas”. Y cita textualmente un pronunciamiento de Benedicto XVI: “Cuando los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas lo exijan, los pastores tienen un grave deber de emitir un juicio moral, aun en asuntos políticos”.

“Sea vuestro lenguaje sí, sí; no, no” (S. Mateo 5, 37)

“¡Lo correcto es sí, sí y no, no! No existen medias verdades. O es verdad o no es”, afirmó el prelado, resaltando la necesidad de ser caritativo con los que yerran, dándoles oportunidad de corregirse, pero, cuando sea preciso, es “oportuno que imitemos a Jesucristo que expulsó a los mercaderes del templo”.

Aborto y el deber de defender la vida

Mons. Bergonzini fue tajante en cuanto a la lucha contra el aborto: “la defensa de la vida, la defensa del niño por nacer, es un deber del cristiano”.

“Ningún embarazo —continuó— es pasible de aborto, ninguno. Una vez que existe vida, le pertenece a Dios y sólo Él la puede quitar”. Cuando le pidieron un mayor desarrollo sobre las penas canónicas implicadas en el aborto, el Obispo las resumió en una única palabra: excomunión, añadiendo que ella significa estar fuera de la comunión de la Iglesia, a la cual se puede volver mediante el arrepentimiento y el pedido de perdón.

Sobre la polémica acerca del aborto en la elección presidencial

“Dilma (Roussef, presidenta de Brasil) defendió el aborto cuando era candidata. Ella decía que era un atraso para el Brasil no legalizar el aborto. Después de la primera vuelta, en la cual ella contaba con una victoria que no consiguió, cambió su discurso. Entonces fue a (el Santuario de) Aparecida, tomó un rosario... y no sabía que hacer con él, ni siquiera supo hacer la señal de la cruz. Ella quiso utilizar a la Iglesia”.

“Yo recuerdo... cuántas y cuántas veces en la elecciones uno escuchaba —y yo decía eso en el pasado: ’escojan bien sus candidatos. Voten por personas honestas’. ¡Sólo que el pueblo no sabe quién es quién! Entonces me decidí a hablar con nombres y apellidos. Y si en el tiempo de la elección yo no hubiese puesto el nombre de la entonces candidata Dilma Roussef en el artículo que escribí [denunciando la posición pro-aborto de la candidata y del PT], no habría pasado nada en relación con el aborto. Soy periodista y sé de esas cosas. Recibí bastantes golpes, pero di más aún”.

La inexplicable omisión del episcopado

Al final, muchos de los presentes dirigieron preguntas al conferencista. Muchas de ellas se referían a la omisión de parte del episcopado que no se solidarizó con la valiente actitud de Mons. Bergonzini (como se sabe, el episcopado brasileño fue uno de los más influenciados por la teología de la liberación y las posiciones políticas de izquierda).

“Lamentablemente —dijo el obispo— tenemos que admitir que hay eclesiásticos que no comulgan con nuestro pensamiento. No sé cómo van a responder sobre eso ante Dios. Necesitamos abrir la boca y hablar, la omisión es uno de los grandes pecados del mundo”.

Aerca del papel de la Conferencia Episcopal, Mons. Bergonzini afirmó categóricamente: “No tiene ninguna autoridad sobre el obispo diocesano, es un órgano que vendría a ser de consulta, esclarecimiento, de ayuda, de subsidio a los obispos; no tiene ninguna autoridad para decir al obispo ’haga eso’ o ’no haga aquello otro’. El único superior que un obispo tiene, mi superior directo, es el Papa. Yo no puedo admitir que otro obispo mande en mi diócesis”.

Criminalización de la “homofobia” y persecución religiosa

Al preguntársele si el proyecto de ley 122 (la llamada “Ley de la homofobia”, ahora retirado de la pauta del Congreso gracias a la enérgica reacción de la opinión católica) podrá acarrear una persecución religiosa a los cristianos brasileños y cuál es nuestra obligación de católicos ante eso, Mons. Bergonzini respondió: “Están pensando en penalizar a las personas que hablan contra el homosexualismo, pero ¿dónde queda la libertad de expresión, que es un derecho que todos tenemos? El proyecto llega a pretender encarcelar a quien habla en contra, pero yo no tengo miedo de ir a prisión. Yo no voy a dejar de predicar el Evangelio por causa de la cárcel. Tenemos que tener el coraje de enfrentar ese problema. (…) Debemos enfrentarlo con coraje y colocar el caso en las manos de Dios. ¡Nosotros podemos perder, pero Él debe ganar!”.

Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de una fuerte persecución al cristianismo, el Obispo de Guarulhos dijo: “¡Existe! Pero esa persecución no va a derrotar a la Iglesia. ¡Nunca! ’Las puertas del infierno no prevaleceran sobre Ella’”.

“La familia de la muerte”: eutanasia, aborto y drogas

Al terminar la exposición, el Arq. Adolpho Lindemberg pronunció palabras de agradecimiento y quiso resaltar que el “silencio ante los atentados contra la ley de Dios es un pecado, ya sea en la política, ya sea en nuestra vida diaria, y todos los responsables por movimientos parroquiales, sacerdotes y religiosos tienen la obligación moral de combatir el aborto. No pueden quedarse en silencio. No se trata de ser espectadores de los atentados, sino de tomar la iniciativa del ataque”.

El Presidente del Instituto Plinio Correa de Oliveira recordó una conversación reciente que tuvo con Mons. Bergonzini, en la cual éste decía que estamos en una lucha de David contra Goliat. Las ONGs, la UNESCO, los medios de comunicación y los políticos forman un bloque macizo al cual es difícil oponerse. Pero si conseguimos una movilización de los movimientos católicos contra el aborto, entonces sí que podremos vencer a esa monstruosidad que nos amenaza”, afirmó Lindemberg.

Quiso resaltar un punto importante de las palabras del Obispo de Guarulhos: “Es la relación de los estupefacientes con la cultura de la muerte. La eutanasia, el aborto y las drogas forman una sola familia: la familia de la muerte”. Y terminó con un pedido a Mons. Bergonzini para que él promueva la movilización de los obispos en tal campaña.

Clausurado el evento con el rezo de un Avemaría y la bendición de Mons. Luis Gonzaga Bergonzini y del Abad Don Tolentino, los presentes fueron invitados a un cocktail que se prolongó animadamente por más de una hora...











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