UN EJEMPLO PARA EL MUNDO

Nueva Constitución húngara rinde homenaje a Dios y a la Monarquía

¡Oh, mi Dios, que Hungría Te bendiga con abundancia y buen humor!” Con esta frase, que es también la primera línea del himno nacional, comienza el preámbulo de la nueva Constitución húngara, aprobada el 18 de abril de 2011 por el Parlamento de aquel país y que sustituye a la Carta stalinista de 1949, sólo reformada parcialmente en 1989, tras la caída del régimen comunista impuesto por los soviéticos.

Pero no se queda ahí: “Estamos orgullosos de que nuestro rey Esteban, santo patrón de Hungría durante mil años, haya fundado sobre buenos cimientos nuestra patria, incorporándola a la Europa cristiana”, reza también el texto del preámbulo, que además se refiere a la “Santa Corona”, obsequiada por el Papa Silvestre II el año 1000 a San Esteban, como símbolo de la nacionalidad.

El texto constitucional, concordante con su exordio, defiende la vida humana desde el momento de su concepción, con lo cual queda abolido el aborto, impuesto por el régimen comunista que gobernó durante décadas Hungría; obliga a “proteger la institución del matrimonio como una comunidad de vida basada en la decisión voluntaria de un hombre y una mujer ” y considera a la familia como “la garantía de la supervivencia de la nación” .

El primer ministro Víktor Orbán, cuyo partido conservador Fidesz ocupa casi tres cuartas partes de la Cámara Legislativa, consagra así la “revolución en las urnas” que anunció tras arrasar en las elecciones legislativas de 2010.

Empero, la reforma constitucional dejó a la oposición de izquierda preocupada – lo que suele ser una buena señal – ; los socialistas húngaros, en palabras de su líder, Attila Mesterházy, han protestado por las reformas emprendidas por Orban, criticando precisamente lo que el texto tiene de mejor, que es encomendar la nación “a Dios, a la Corona de Hungría, al orgullo patrio, a la cristiandad y a la familia tradicional”.

La nueva Constitución húngara tampoco ha sido del agrado de la Unión Europea, cuya agenda laicista y frecuentemente inmoral pretende imponer lo contrario en todos sus países miembros, ni de ONG´s como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, pues según ellos podrían resultar perjudicados mujeres (que perderían el “derecho” a abortar), homosexuales, bisexuales y transexuales.

Se habla mucho en el Perú de reformar la Constitución. ¿Por qué no pensar en una reforma que siga los pasos de Hungría, y diese el debido realce a nuestro origen y nuestras raíces cristianas, que son el rasgo más esencial de la identidad nacional?











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